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Otros responden

¿Quién determina el clima de nuestro planeta?


Pregunta
Varios lectores preguntan sobre el calentamiento global y el clima futuro de la Tierra. ¿Es cierto que nosotros, pequeños microseres, con nuestra emisión de CO2 somos los responsables de los cambios climáticos? ¿O es el gigantesco ser que constituye la Tierra quien regula por sí mismo su temperatura? ¿Ha escrito Martinus algo sobre estos cambios climáticos?

Respuesta
Martinus no ha escrito, claro está, directamente sobre nuestra emisión de CO2 y el calentamiento global. No obstante, ha descrito este proceso en un contexto mucho más amplio y desde una perspectiva mucho mayor.

En el capítulo 7 del librito temático n.º 5, La alimentación ideal toca este tema muy brevemente y en relación con algo un poco diferente. Martinus explica aquí que lo que los hombres podemos regular “es en realidad algo insignificante en relación con el auténtico factor regulador: la atmósfera espiritual de la Tierra. Ésta es la causa directamente desencadenante de la facultad de atracción y repulsión de la Tierra y por su parte, y según los análisis cósmicos, esta facultad constituye el fundamento de las condiciones astronómicas de la Tierra y, por ello, el fundamento de su clima”.

Veamos el asunto desde esta perspectiva. En el artículo La inclinación del eje de la vida, publicado últimamente en el n.º 11 de 1987 de la revista Kosmos (edición en danés), Martinus comienza constatando que “La Tierra tiene una determinada relación con el Sol, y que esta relación determina totalmente el clima sobre todo este planeta”. Pero que todo lo que vivimos como clima y todo lo que la ciencia física puede decirnos sobre estas relaciones sólo son – y aquí viene lo totalmente decisivo – relatos sobre movimientos dentro de movimientos.

Esto quiere decir que lo que llamamos clima o fuerzas de la naturaleza es, en realidad, algo totalmente distinto, a saber, manifestaciones de seres vivos. Y ninguno de estos movimientos puede existir sin haber salido de un punto fijo, de un “algo” vivo que en sí mismo no es movimiento, sino el origen de los movimientos, en este caso del ser vivo Tierra, en cuyo organismo físico vivimos.
La inclinación del eje físico y mental
Martinus continúa en este artículo: “Como ya hemos dicho, las condiciones climáticas y todas las demás condiciones físicas de la Tierra están determinadas por la rotación de este planeta sobre su eje y alrededor del Sol. Pero todavía hay un factor, que es una causa fundamental de que la vida del planeta se despliegue precisamente como se despliega. Este factor es la inclinación de su eje.” Y Martinus dice que si la Tierra se encontrase en posición vertical en relación con su órbita de rotación, luz y oscuridad, frío y calor estarían repartidos de tal manera sobre la superficie de la Tierra que, en realidad, sólo habría una estación del año, un verano con un clima convenientemente templado en la mayor parte del planeta. Y la humanidad, ¿no habría estado mucho mejor de este modo, con una situación paradisíaca así? No, dice Martinus, habría sido más agradable, pero no los habría hecho en absoluto evolucionar.
Y aquí nos encontramos, en resumidas cuentas, en el meollo de la cuestión: La inclinación “errónea” del eje de la Tierra no es una equivocación ni una casualidad sin importancia. Ha sido un reto colosal para la humanidad, tanto desde el punto de vista práctico como desde el punto de vista psíquico. ¡Cuántos cambios climáticos, cuántas catástrofes naturales, cuánto calor y frío no hemos tenido que superar! Esto ha agudizado nuestros sentidos y desarrollado nuestra inteligencia. ¡Y Martinus pone de relieve que está totalmente de acuerdo con “la inclinación mental del eje” que caracteriza a la humanidad!

Entonces, es natural preguntar: En este caso, ¿es la Tierra la culpable de las difíciles situaciones climáticas y de las dificultades de la humanidad? Esta pregunta la responde Martinus del modo siguiente: “Si el hombre terreno es atraído precisamente por el organismo físico del ser-Tierra y se encarna en él es porque toda su estructura física y psíquica encaja de manera natural con el estado de la Tierra, y porque aquí tiene la posibilidad de evolucionar con la lucha contra las fuerzas de la naturaleza. Es decir, el planeta en que vivimos nos va como anillo al dedo, “la inclinación mental de nuestro eje” consiste en nuestra relación errónea con la fuente de vida espiritual o punto fijo del universo, a saber, la propia Divinidad. Y nosotros también creamos “situaciones climáticas” desagradables para nuestro medio en forma de odio, intolerancia, fariseísmo, envidia, ambición y todo lo que denominamos “el mal”.

¿Hemos recibido respuesta a la pregunta de si tenemos o no influencia sobre el clima de la Tierra? No, a decir verdad no. Porque es posible que la actuación de la humanidad tenga una cierta influencia. Por otra parte, hasta la fecha siempre ha habido alternativamente periodos glaciales y periodos de calor en la historia del planeta, como si este ser gigantesco estuviera él mismo en condiciones de regular su temperatura.

Pero se nos ha dado otra información de mucho valor, con la que Martinus termina el artículo de Kosmos al que nos hemos referido, y que en el futuro viviremos como un resultado del periodo de cataclismo en curso: “Cada vez más células del cerebro de la Tierra u hombres terrenos alcanzarán la armonía mental y el equilibrio anímico con los que pueden transformar la Tierra física en un mundo de paz. Su sentimiento, inteligencia e intuición humanos juntamente anularán la inclinación del eje mental y crearán una relación perfecta con la fuente eterna de fuerza de la vida.”  

Quiero terminar llamando la atención sobre el hecho de que Martinus ha analizado toda la problemática alrededor de la causa de la inclinación del eje de la Tierra en los apartados 658-668 del volumen 3 de Livets Bog (El Libro de la Vida) . Grupos de estudio y otros interesados podrán buscar aquí más inspiración.

(Hans Wittendorff, Kosmos n.º 5, 2007- edición en danés)

© Martinus Institut
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