Martinus responde
1 Percepción, espacio y tiempo
2 El principio
ciclo
3
Reencarnación y justicia
4 Causar el mal
menor
5 ¿Quién es mi prójimo?
6 ¿Por qué no comer
carne?
7 Alimento vegetal y asesinato
8 ¿Es el ayuno
beneficioso?
9 Ensaladas crudas, cocción y fruta
10 Correspondencia con
los difuntos
11 Fecundación
12 Fecundación
artificial
13 El principio de la redención del mundo
14
Clarividencia
15 Un nombre para el movimiento de Martinus
16 La actitud ideal ante
la vida
Otros responden
1 Vegetariano, vegano
2 EL Big
Bang
3 Castigo a delincuentes
4 Catástrofes
de la naturaleza
5 El riesgo unido a la meditación
6 El clima del
planeta
7 ¿Es la cosmología una religión?
8
Eutanasia
9 La calumnia
10 Fecundación
artificial
Sobre la correspondencia entre seres vivos y “muertos”, el sueño, los entierros
Pregunta
¿Existe alguna relación natural, y no
desencadenada a través de mediumismo, entre los seres vivos y los denominados “muertos”?
Respuesta
Entre los vivos y “los muertos” hay una relación de
gran importancia vital y gran actividad. Con la muerte la conciencia diurna, física, despierta de un ser
es transferida a su conciencia nocturna, que constituye la conciencia diurna de este mismo ser en la
zona espiritual o psíquica. Como la conciencia diurna de los seres físicos también es transferida a la
conciencia nocturna bajo el sueño profundo normal, bajo este sueño físico se encuentran en un estado en
el que tienen conciencia diurna despierta en la misma zona que los “difuntos”. Los vivos y “los muertos”
pueden continuar aquí su intercambio mutuo de pensamientos y la convivencia deseada, que ya no puede
tener lugar en la zona física. Ideas de importancia vital, advertencias, consejos e instrucciones se
intercambian aquí en gran escala entre los seres de ambas zonas. Y aunque el recuerdo de una
convivencia espiritual así y las experiencias asociadas a ella faltan totalmente en la conciencia
diurna del ser al despertarse tras el sueño, sin embargo este recuerdo habrá sido depositado en la
subconciencia de este ser y desde ella, en determinadas situaciones u ocasiones especiales, se
propagarán a la conciencia diurna física. De manera semejante a la intuición, fecundará el mundo de
pensamientos del ser con el conocimiento, el material espiritual o psíquico que fue el contenido
esencial de la convivencia espiritual.
De este modo, todos los seres vivos tienen una relación no peligrosa y protegida con el mundo espiritual. La muerte no es, como los hombres aquí, en la Tierra, se imaginan, la gran separación de “los difuntos” queridos o de aquellos que se aprecia. Esto se convertirá poco a poco en una opinión o hecho tan vivo que todo el pesimismo, que con desesperación, lágrimas y tedio de la vida convierte hoy un funeral o entierro en una ceremonia altamente sombría, se transformará de modo que el entierro será lo que tiene que ser, una fiesta de felicitaciones y de luz. La muerte natural será siempre una liberación de los límites ante la experimentación de la vida y la consiguiente cárcel anímica que supone la conexión de un espíritu inmortal a un organismo inválido, defectuoso o decrépito e inhábil para experimentar la vida. Una liberación así no tiene que lamentarse sino que tiene que felicitarse.
Publicado por primera vez en la Carta de contacto 1950/6, página 10-11
© Martinus Institut 1981
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