Símbolo 17

Reencarnación, ciclos y estaciones del año

Los símbolos de Martinus

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Resumen de la explicación del símbolo 17 – Reencarnación, ciclos y estaciones del año

El símbolo representa el principio denominado ciclo en sus diversas manifestaciones. Los cuatro subprincipios, que conocemos como las estaciones del año, forman parte de este principio. El invierno es la época del frío y la oscuridad, en la que la vida y la naturaleza están en su despliegue más mínimo. La primavera llega con luz y calor y hace que toda la vida de la naturaleza brote y crezca. En verano culminan la luz y el calor, y la vida alcanza aquí su mayor despliegue. En otoño disminuyen la luz y el calor y, con ello, el despliegue de vida. Después vuelve el invierno. Los mismos cuatro principios del año pueden observarse en el ciclo de las 24 horas del día, en el ciclo de la vida terrena y en el ciclo cósmico de la espiral.

Detalles centrales del símbolo:

Las figuras redondas en la parte superior indican de izquierda a derecha el solsticio de invierno, el equinoccio de primavera, el solsticio de verano, el equinoccio de otoño y de nuevo el solsticio de invierno.
En las zonas horizontales de la parte superior e inferior hay indicados los 6 reinos del ciclo de espiral con sus usuales colores.
La zona con las bandas inclinadas indica la zona de los principios correspondientes a las estaciones del año. Estos principios se muestran como ciclo del año, ciclo del día, ciclo de la vida terrena y como el ciclo cósmico de espiral.

La zona con las bandas grises indica: El invierno, la noche, la infancia, así como la última mitad del reino animal y el reino verdaderamente humano.
La zona con las bandas verdes indica: La primavera, la mañana, la juventud, así como el reino de la sabiduría y la primera mitad del mundo divino.
La zona con las bandas de varios colores indica: El verano, el mediodía, la edad adulta, así como la última mitad del mundo divino y el reino de la bienaventuranza.
La zona con las bandas rojas indica: El otoño, la tarde, la vejez, así como el reino vegetal y la primera mitad del reino animal.

Las figuras horizontales en forma de cono de color amarillo y verde indican la evolución del sentimiento y la inteligencia respectivamente. El sentimiento intelectualizado constituye el amor absoluto, el tono fundamental del universo.

Véase también la descripción y explicación completa del símbolo 17, hecha por el propio Martinus, en La Imagen Eterna del Universo 2 y en Livets Bog 3.