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Índice de La alimentación ideal   

 

 
Capítulo 30
Por qué la pura pulpa de fruta será la alimentación del hombre del futuro
Con lo dicho hasta el momento hemos tratado los análisis básicos de la alimentación del hombre de la Tierra. Éstos nos han mostrado que la alimentación ideal, es decir, la alimentación que mejor se ajusta a las leyes morales más elevadas y a la nueva concepción del mundo, es aquella que está constituida por alimentos vegetales. La pulpa de la fruta es el más elevado de éstos, por el hecho de que la cantidad de unidades de vida de tipo A que contiene es sumamente reducida y de que, por ello, las unidades de vida de tipo B – cuya condición vital es el ser asimiladas como alimento por un organismo – constituyen la mayoría. La pura pulpa de fruta, como medio de alimentación, responde al cumplimiento del supremo mandamiento de amor y, a causa de esto, será la alimentación exclusiva del ser con una capacidad de amor total, es decir, del hombre del futuro. Como el hombre de la Tierra todavía no ha alcanzado esta etapa de evolución, sino que solamente va de camino hacia ella, aún no puede vivir solamente de pulpa de fruta y debe ingerir alimentos pertenecientes al principio mortal; pero con la creciente evolución moral o crecimiento de las cualidades humanas, el hombre de la Tierra se va paulatinamente alejando de la alimentación animal y se dirige – ya sea de un modo consciente o inconsciente – hacia esa alimentación superior. Pero esta transición no puede darse por medio de saltos, sino solamente por medio de una habituación paulatina del organismo a esa comida que hemos designado como alimentación ideal del hombre actual.  
 
 
© Martinus Idealfond 1981Reg. 67A

Las vibraciones de la alimentación ideal
La figura circular del ángulo izquierdo superior simboliza el hombre como «unidad de vida». La figura de la derecha, en forma de peldaños, representa un segmento de la escala evolutiva de todos los seres vivos. El peldaño inferior simboliza la zona de evolución en la que se encuentran los animales carnívoros. El peldaño siguiente simboliza la zona en la que el hombre se halla actualmente, y el que le sigue representa «el auténtico reino humano». A la derecha del peldaño inferior se ve una unidad de vida que en este caso se trata de una unidad de los alimentos cárnicos, dado que son éstas las que constituyen la alimentación de los animales carnívoros. La unidad de vida que se ve en el peldaño siguiente simboliza una de las unidades de vida que forma los alimentos que provienen de los cereales y frutos secos, de las raíces y de las hojas, que constituyen la nutrición apropiada para el hombre de la Tierra y que, a su vez, constituyen la mayor parte de su alimentación. La tercera unidad de vida corresponde a la pulpa de la fruta, la alimentación más fundamental de la primera zona del auténtico reino humano.
      El área oscura que se halla en las unidades de vida de los productos cárnicos representa la parte de esta unidad constituida por «las unidades de vida de tipo A» o unidades de vida que no son aptas para ser asimiladas por un organismo, y para las que esta asimilación significa la muerte. Por ello, desarrollan una resistencia natural frente al proceso de ser asimiladas; la totalidad de su vibración, que en la figura se muestra como una línea en zigzag, es demasiado fuerte para el organismo humano. Si observamos el símbolo de las unidades de vida que se hallan en el mismo peldaño, veremos que la extensión del área oscura es proporcionalmente menor que la del área oscura de las unidades de vida cárnicas. Esto significa que aquí las unidades de vida de tipo A no son tan numerosas como las unidades de vida de tipo B. Como el proceso de muerte que se desprende de la asimilación de estos productos en el organismo no es tan acentuado, esto hace que el uso de estos alimentos como nutrición, por parte del hombre evolucionado, sea más moral y esté más de acuerdo con las leyes de la existencia. Además sus vibraciones, tal como se muestra en el dibujo, se hallan mucho más cerca de la vibración del organismo humano que la vibración de las unidades de vida cárnicas.
      En el peldaño siguiente vemos que el símbolo de la unidad de vida de las frutas no tiene ninguna área oscura, esto significa que aquí no hay ninguna unidad de vida de tipo A; en cambio, en la piel de la fruta hay un pequeño porcentaje de unidades de vida del tipo B que no pueden ser absorbidas por el organismo, pero que son transportadas, intactas y vivas, a través de él. Las demás unidades de vida son absorbidas vivas por el organismo y continúan su evolución natural en éste; es por ello que el organismo no debe vencer ninguna resistencia no natural procedente de ellas. Sin embargo, como este organismo, por la fuerza de la costumbre de alimentarse de carne y otros alimentos vegetales poco refinados, está acostumbrado a ejercer un despliegue de fuerzas mucho mayor que el exigido para la absorción de la pulpa de fruta como alimento, tiene un nivel de vibraciones – tal como se ve en el dibujo – todavía demasiado fuerte para la pulpa de fruta; es por ello que ésta aún no puede constituir el alimento principal del hombre de la Tierra. En el dibujo, esto se refleja en el hecho de que aquí la línea en zigzag es algo menor que la línea correspondiente a la vibración humana.
      Del símbolo del hombre como «unidad de vida» que se halla en el ángulo izquierdo del dibujo surgen tres líneas punteadas que se dirigen respectivamente a cada uno de los tres escalones. Esto significa simplemente que el área de alimentación del hombre de la Tierra se extiende desde las unidades de vida de la carne hasta la pulpa de la fruta, pasando por los productos de las raíces, de los cereales y frutos secos y de las hojas. Las formas más finas de este último grupo constituirán el alimento provisionalmente ideal del hombre de la Tierra. Aquí, naturalmente, debe tenerse en cuenta la creciente adaptación a la pulpa de la fruta que será el único alimento ideal del hombre perfecto – o totalmente evolucionado – en las primeras zonas del auténtico reino humano y que lo transformará en aspirante divino a zonas posteriores y todavía más elevadas. Zonas en las que esta alimentación será substituida por una alimentación constituida totalmente por aire. De este modo, los pulmones se harán cargo de todo el proceso de alimentación y el hombre habrá recorrido todas las formas de existencia física ruda llegando a una zona en la que su organismo ya no necesitará, por medio de un proceso de putrefacción o descomposición, extraer su alimentación de cadáveres. El hombre dejará de ser una cloaca y un medio de transporte de porquería o productos de desecho y será solamente la manifestación de que la gran fuerza creadora del amor habrá vencido todas las dificultades o todos los tipos de incomodidades que actualmente ligan al hombre a la esfera primitiva de la mala salud y la enfermedad.


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