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90. CAPÍTULO

El mesocosmos, el cosmos remoto y el cosmos cercano

El principio de perspectiva es la base de toda percepción y, por lo tanto, está presente en todo lo que experimenta el individuo. Determina los contrastes de la existencia. Éstos posibilitan que algo pueda hacerse visible, que algo pueda ser experimentado. Divide toda el área de percepción en tres campos, a saber, el microcosmos o el campo que está más lejos de la morada del individuo en el punto focal de su percepción, el macrocosmos, que está constituido por el campo que está demasiado cerca de dicho punto focal, y al final, el campo o la zona, que es la morada del individuo en las espirales, y donde culmina su percepción.
      Por lo tanto, la percepción del individuo tiene su punto focal entre el microcosmos y el macrocosmos, y a continuación vamos a expresar la zona mencionada como el «mesocosmos», del mismo modo que en el mismo contexto vamos a expresar los otros dos campos, el microcosmos y el macrocosmos, como «el cosmos remoto» y «el cosmos cercano» respectivamente.
      Mientras que el cosmos remoto y el cosmos cercano en realidad sólo son accesorios en la misma área sensorial, el mesocosmos se convierte en el campo en el que todas las experiencias de la vida culminan y, por lo tanto, el único campo absoluto donde el misterio de la vida se revela en forma directa, donde Dios se pone de manifiesto y la eternidad se experimenta. Toda la investigación fuera del mesocosmos conducirá, inevitablemente, al mesocosmos, al punto focal, a la culminación y el resultado final de la vida. Aquí la luz de la vida arde con su llama más alta. (Véase el símbolo adjunto.) Y cuanto más alejado uno esté de esta llama, tanta más oscuridad, tanta más mística. Pero cuanto más mística, tanto más superstición e ignorancia y cuanto más superstición e ignorancia más conflicto con las leyes de la vida. Y cuanto mayor es el conflicto con estas leyes, tanto mayor es la mutilación, el duelo y el sufrimiento.
      El mesocosmos es, por lo tanto, la sede del pleno conocimiento de la verdadera realidad, mientras que el cosmos remoto y el cosmos cercano, como he mencionado antes, son accesorios, lo cual quiere decir que son capaces de ofrecer al individuo precisamente tanto conocimiento adicional, que el individuo puede experimentar que todo es lo mismo en lo grande como en lo pequeño y al revés, y que los principios de vida son los mismos para todas las espirales y que el mesocosmos será la presentación más alta del universo para cada ser vivo por parte de Dios. Y en armonía con esto vamos a pasar ahora a mostrar el verdadero análisis básico de una cremación –no a través del microcosmos y no a través del macrocosmos– sino a través del mesocosmos o el campo, donde la llama vital del lector tiene su mayor liberación y donde la revelación divina del microcosmos y el macrocosmos aparece en su resplandor más alto para el investigador.


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