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53. CAPÍTULO

La naturaleza y el significado del sueño para la existencia física del ser

La inconsciencia física o sueño del individuo significa, por lo tanto, sólo la interrupción del acto de pensar en el plano físico. Vive y piensa bajo este estado a través de los demás cuerpos y así experimenta la vida en los planos de vida de estos cuerpos. Está claro que esta experiencia de la vida es, por supuesto, muy distinta de la experiencia en la existencia física. Pero la naturaleza de esta vida no tiene ningún interés para nuestro tema aquí, y, por lo tanto, debo referir a Livets Bog en cuanto a sus análisis.
      Como el sueño, como hemos visto, constituye un tipo de curación, reparación y renovación de los pequeños daños o roturas de los órganos nerviosos y mentales que «la corriente eléctrica» del proceso de pensar ha causado, se hace aquí visible qué factor importante es el sueño para cualquier individuo. Sin esto, una existencia física sería completamente imposible.
      Con cierta cantidad de pensamiento y su propagación a través de todo el organismo en forma de trabajo físico correspondiente se produce, como se mencionó antes, daños microscópicos o mutilaciones de los nervios que constituyen «la red de cables» del proceso de pensamiento. A medida que crecen estas lesiones o fracturas, las propiedades de conducción de corriente de los nervios se debilitan de manera correspondiente. Esta debilidad constituye, como los lectores ya saben, lo mismo que «fatiga». A medida que se debilita el flujo de corriente, ésta se vuelve de una tensión cada vez menor. Pero como la corriente constituye el sentido mismo del individuo de la vida en el plano de existencia en cuestión, su movimiento y energía, este sentido también disminuye en un grado correspondiente. Esta bajada de la capacidad del individuo para sentir la vida la experimenta como «somnolencia». Cuando un individuo tiene sueño significa que los nervios están «desgastados», que las fracturas microscópicas y mutilaciones están en su apogeo, están tan prominentes que, por así decirlo, cortan la corriente. Con esto la interrupción del acto de pensar y, además, la inconsciencia o el sueño, entra sin falta.
      Durante la relajación prolongada de los nervios, en forma de inconsciencia o sueño, éstos se curan y se recuperan. Cuando este proceso de curación termina, el suministro de corriente comienza de nuevo, lo cual quiere decir que el individuo «se despierta». Con renovado vigor, fuerza y bienestar siente de nuevo la vida, vuelve a ver la luz del día y experimenta el calor de la sangre en sus venas.


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