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| Índice de Exequias |
49. CAPÍTULO Un exceso de fuerza vital que proporciona condiciones para que el individuo sobreviva desastres, mutilaciones o influencias que de otro modo conducirían a la muerte Aquí puede surgir la objeción de que un ser no piensa cuando está dormido o de otra manera inconsciente, y sin embargo su organismo en tal condición no se ha convertido en cadáver. Pero a eso debo señalar que toda forma de inconsciencia sólo puede mantenerse sobre la base de cierto exceso de fuerza vital en la sangre, y que cualquier organismo en tal caso inevitablemente irá a su hundimiento, se convertirá en cadáver, cuando se agote este exceso, a menos que los órganos mentales del individuo hayan comenzado a trabajar nuevamente antes de este acontecimiento, y un nuevo suministro de fuerza vital haya sido activado. Y es precisamente de acuerdo con esto que se lleva a cabo intentos de resucitación en los casos en que la conciencia, lo cual quiere decir la función mental, por una influencia catastrófica, no es capaz de poder volver por sí sola.Por lo tanto, cada ser vivo siempre tiene un cierto exceso de fuerza vital, que significa que el pensamiento a través del cuerpo en cuestión puede detenerse o dejar de funcionar por un tiempo sin tener la muerte como consecuencia. Así, obtiene una mayor resistencia en la lucha por la existencia, tiene condiciones para sobrevivir desastres, mutilaciones o influencias que, de otra manera, inevitablemente habrían desencadenado su hundimiento. |
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