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| Índice de Exequias |
4. CAPÍTULO La humanidad terrena no ha entendido que el amor al prójimo no es sólo el amor a los semejantes, sino el amor a todo lo vivo El tipo de amor en el que la redención del mundo durante los últimos milenios se ha enfocado no es «el amor familiar», sino «el amor universal» o amor absoluto al «prójimo». Pero la capacidad de los humanos para identificar a este «prójimo» sólo se podía, por supuesto, desarrollar gradualmente. La evolución no tiene lugar a saltos. Hasta ahora, los seres humanos han estado dispuestos principalmente a ver a su «prójimo» en sus semejantes, y no en los animales o demás formas de vida, como ahora sucederá poco a poco a través del nuevo impulso mundial cósmico. Por lo tanto, su dirección espiritual o moral ha estado basada, hasta ahora, sólo en desarrollar amor a los seres humanos. Por eso su sistema judicial y legal está más profundizado y detallado, más basado en proteger a los hombres mismos que a los animales y las plantas, aunque, por supuesto, en el siglo pasado se ha comenzado cada vez más a llevar estas formas de vida bajo la protección de la ley. Pero aquí, a los hombres les falta un camino muy largo por recorrer antes de que su amor a los animales, a las plantas y las formas de vida aún más pequeñas hayan alcanzado tal plenitud que la forma fundamental de la experiencia del «gran nacimiento», con la consiguiente existencia transfigurada, les sea manifestada, y la verdadera «visión de Dios» se convierte en un hecho para ellos. |
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