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| Índice de Exequias |
31. CAPÍTULO Será el «análisis de vida» y no el «análisis de materia» que constituirá lo principal en el futuro estado mundial El cambio de rumbo que la ciencia inconscientemente está realizando ahora se diferenciará, por lo tanto, del rumbo científico antiguo, en que, mientras los resultados de ésta aparecen en medidas, peso y velocidad, los nuevos hechos científicos serán «espíritu», «vida» y «conciencia». Expresarán la inmortalidad de los individuos y el plan divino mundial basado en esa inmortalidad. La identidad de Dios como el «punto fijo» del universo será la experiencia real de los individuos, y esa experiencia socavará a su vez todas las expresiones del principio mortífero. Todos los inventos de la nueva ciencia culminarán en el cumplimiento del amor de la misma manera en que los inventos de la ciencia actual culminan en la producción de refinamientos de tortura y mutilación de guerra. El despertar de la ciencia terrena a su identidad real como el Espíritu Santo es, por lo tanto, el cambio de rumbo que ahora está teniendo lugar. Pero hay que tener en cuenta que este cambio de rumbo sólo será relevante cuando el mundo haya visto o pasado por el proceso de mutilación sangrienta que las invenciones técnicas y químicas de la ciencia actual, en el área de los exterminios y destrucciones, pronto desencadenarán. Pero, sin embargo, vamos a echar una mirada fugaz al método de investigación que la misma ciencia utilizará después del cambio de rumbo. Su conocimiento de las medidas, pesos y velocidades de la materia hace tiempo que culminó, y ya no busca estos resultados. Pero dado que estos resultados han revelado una lógica o inteligencia sutil de las creaciones de la naturaleza, y la inteligencia no puede crear combinaciones de materia de ese tipo, sino que sólo pueden existir como un factor de conciencia, es decir, una realidad que sólo puede ser una propiedad de un ser vivo (una cosa muerta no puede tener inteligencia), el análisis de la vida y no el análisis de la materia es lo que será central para la ciencia futura. La ciencia actual, por lo tanto, dejará cada vez más la práctica de pesar, medir y calcular la materia, a favor de un análisis creciente de conciencia, pensamiento y vida. Mirará al ser vivo mismo, pero no a través de la «vivisección», porque mediante la vivisección elimina algo de la vida, el objeto de su observación, y hace difícil o contrarresta su intención original. Al contrario, mirará al ser vivo en su plena manifestación y apariencia. Y al fijar la percepción o la investigación en lo vivo mismo, los análisis de la vida se revelarán tan irreversiblemente como los análisis de la materia se revelan o son accesibles a través de su enfoque actual de la materia misma. |
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