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| Índice de Exequias |
27. CAPÍTULO La capacidad de la ciencia materialista Cuando aquí mencionamos estos hechos, no es, obviamente, para criticar o argumentar nada en contra de la ciencia terrena, por lo contrario, es sólo para demostrar su prójimo cambio de rumbo espiritual. Conocer sólo el valor material de la tierra o de la vida es un conocimiento tan incompleto o inacabado como el que tiene un hombre sobre un libro que no puede leer. Al igual que el valor del papel del libro no lo puede llevar a sus profundidades espirituales, de la misma manera el conocimiento del valor material del mundo, sus dimensiones y peso tampoco conduce al investigador al análisis real de la vida misma, sino sólo a las profundidades y laberintos enormes de la materia.La ciencia terrena, que es el inicio del espíritu santo o de la capa de conciencia a través de la cual Dios se hace visible o la inmortalidad de la vida se hace un hecho está a punto de finalizar la revelación del valor de la materia o todos estos análisis que se expresan en medidas, peso y velocidad. Para su asombrada época contemporánea ha proyectado, de forma maravillosa, un rayo de luz a través del gran cinto de la materia desde las grandes nebulosas de la vía láctea en el macrocosmos hasta los átomos, los electrones y nebulosas o longitudes de onda de las partículas aún más pequeñas en el microcosmos. |
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