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| Índice de Exequias |
21. CAPÍTULO Por qué es imposible que el actual método de investigación científica pueda conducir a la solución del misterio de la vida Si un individuo desea una visión general o información real acerca de los incontables sistemas solares, nebulosas y vías lácteas, que en una noche clara de la época de cosecha están visibles para sus sentidos físicos y posibles aparatos auxiliares técnicos, nunca lo logrará por una expansión de su vista física. Aunque pudiera producir telescopios o binoculares que fueran miles de veces más fuertes que los dispositivos ópticos más potentes del mundo, sólo causaría que viese aún más vías lácteas y nebulosas nuevas, y así continuando hasta el infinito. Exactamente lo mismo es válido con la investigación científica hacia abajo, en lo pequeño. También aquí ha entrado en un estadio en la que, como se mencionó antes, no puede experimentar otra cosa que «rayos» y «ondas» o «materia luminosa», lo cual nuevamente es lo mismo que «la nebulosa» en miniatura. Por lo tanto, el presente método moderno de investigación científica nunca puede conducir al secreto del universo, a la solución del misterio de la vida, a la idea divina del cosmos. ¿Y por qué? – Porque aquí su origen ha llegado fuera de la correspondencia del Padre. Observa la materia en su «forma primaria». Observa la materia donde la Providencia no la utiliza para contar o manifestar algo. Y donde no hay manifestación, un verdadero conocimiento no puede surgir. Por lo tanto, el individuo debe orientar su conciencia, su visión hacia la materia donde la Providencia, a través del segundo principio del individuo X2, permite que la «forma primaria» aparezca como otra cosa que «estrellas» o «nebulosas», otra cosa que «átomos», «rayos» y «longitudes de onda». Y donde aparece esta otra cosa, la cual quiere decir «formas» y «cosas», «objetos» o los fenómenos diarios, que significan la experiencia de la vida, donde se manifiestan, allí surge el conocimiento o la conciencia, y sólo allí. |
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