Lee y busca en El Tercer Testamento
   Cap.:  
(1-204) 
 
Búsqueda avanzada
Índice de Exequias   

 

 

167. CAPÍTULO

Por qué cualquier forma, cosa u objeto tiene que envejecer, descomponerse y desaparecer

Al nacer comienza la concentración del individuo de su interacción corporal a hacerse valer en la parte física del organismo, aunque ésta ciertamente tiene su principio especial durante la conexión sexual entre los padres del individuo, que desencadenaron la concepción del yo. Después de la concepción y el nacimiento, la concentración de la interacción corporal se basa cada vez más en la parte física del individuo, sus habilidades físicas, talentos o disposiciones. Y el nuevo cuerpo físico se desarrolla en relación con eso. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, la concentración de la interacción no puede durar para siempre. El material, del cual el cuerpo está construido, son seres vivos, son microindividuos en constante evolución. Esta evolución hará reventar la combinación corporal al final. Por lo tanto, ningún cuerpo puede consistir para siempre de la misma materia. Como toda la materia, toda la sustancia, tanto mineral como animal, está viva, colabora en una interacción con todas las influencias externas, independientemente de la forma o combinación que puedan constituir. Y es esta circunstancia que hace que la forma, la combinación al final ha de perecer, que cualquier cosa, cualquier objeto, que en realidad sólo existe en virtud de su forma o combinación particular, debe «envejecer», «desintegrarse» y desaparecer, mientras que la sustancia sigue siendo igual de activa, sólo superada, atada y mantenida en nuevas formas, en nuevas combinaciones.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.