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153. CAPÍTULO

La ciencia espiritual revelará la vida eterna de los seres. El núcleo metafísico del ser

La clarividencia cósmica o el Espíritu Santo, por medio del cual el individuo experimenta la vida fuera del tiempo y del espacio, también aquí, tanto en términos de la ciencia física como espiritual, acudirá a la ayuda de los hombres y revelará que la vida realmente es eterna y que todos los seres vivos como Jesús y Juan tienen una existencia metafísica desde la cual pueden encarnar en materia física, y hacia la cual pueden regresar. Además, ya es un hecho muy amplio que todo lo que se atestigua aquí en el plano físico es simplemente «movimiento». Este «movimiento» aparece para los sentidos en una cantidad inmensa de matices. Todo lo que vemos, sentimos o experimentamos, como sustancia, luz, color, sonido, etc., son sólo clases o formas diferentes de movimiento o vibración. El señor o el origen del movimiento no lo atestiguamos en el nivel físico. Pero que este origen es, sin embargo, un hecho, se manifiesta a través de la lógica o inteligencia inmensamente refinada con la que se realiza, organiza y controla el movimiento.
      Por lo tanto, el origen de esta materia o movimiento es el núcleo metafísico del ser, que, irrevocablemente manifiesta su presencia en la apariencia física de cualquier ser vivo, y es una condición para que manifestación y conciencia puedan tener lugar, y que nunca ha podido ser y nunca será algo especial para Jesús y Juan.


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