Lee y busca en El Tercer Testamento
   Cap.:  
(1-204) 
 
Búsqueda avanzada
Índice de Exequias   

 

 

152. CAPÍTULO

Cuando Juan el Bautista y Cristo podían encarnar en la tierra después de una vida anterior en el mismo lugar, ¿por qué sería imposible para otros seres?, aparte del hecho de que sin la reencarnación una vida eterna sería imposible

Para que lo anterior no sólo sea un postulado, Jesús debe de haber existido antes de que se crease el presente globo terrestre físico. El cuerpo físico de Jesús, cuya edad en relación con la de la tierra ni siquiera era la de una efímera, sino que sólo constituía una pura micro perspectiva, no puede haber sido el verdadero núcleo de su ser. Éste debe haber existido en una materia completamente diferente, una materia de naturaleza no física. ¿Dónde y en qué habría existido durante los incontables millones de años antes de encarnar en el cuerpo físico, que el mundo llama «Jesús de Nazaret»?
      La Biblia expresa a través de esto que tanto Jesús como Juan habían existido antes de que aparecieran en sus encarnaciones físicas conocidas, y de esta existencia cada uno ha sido capaz de encarnar en materia física, ha aparecido en el mundo como un niño recién nacido, ha crecido hasta la juventud y la masculinidad, etc., sin la más mínima huella de desviaciones en los síntomas y expresiones con los que la vida se manifiesta en todos los demás seres físicos. Pero cuando dos individualidades así son reconocidas a tener una existencia metafísica, de la que han sido capaces de encarnar en carne y hueso, ¿por qué negar que todos los demás seres de carne y hueso han tenido una existencia metafísica antes de su existencia terrena actual? ¿Por qué eran sólo los núcleos de existencia de dos individualidades que serían de naturaleza metafísica y los de millones no lo serían? – ¿Sería esta inmensa masa de seres vivos cada uno sólo combinaciones de materia física? ¿Dónde está entonces la llamada «vida eterna» de las religiones? Una vida que tiene comienzo no es «eterna» y nunca puede ser «eterna». «Eterna» es lo mismo que «infinita». «Infinita» es lo mismo que «inmensurable». Pero una vida con «comienzo» es altamente «mensurable», ya que uno tiene este «comienzo» como punto de partida para la medición. Los seres terrenos que, después de la muerte, «heredan la vida eterna», tendrán, así, después de ésta, en el «cielo», cada uno una «edad». Pero una vida que puede ser expresada por una edad, un ser que puede ser estampado con una edad de tantos años, no tiene nada que ver con una «vida eterna». La vida de tal ser es temporal, terrenal y cotidiana.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.