Lee y busca en El Tercer Testamento
   Cap.:  
(1-204) 
 
Búsqueda avanzada
Índice de Exequias   

 

 

150. CAPÍTULO

Por qué los seres no pueden reconocerse mutuamente de sus vidas pasadas

Esta construcción por parte del individuo de su cuerpo físico del estadio fetal hasta la vejez no es, así, un proceso que el mismo ser solamente ha llevado a cabo una sola vez, sino que es un proceso, que ha realizado un sinfín de veces. Pero dado que los sentidos espirituales del ser humano terreno son muy primitivos, mientras que sus físicos están muy desarrollados, sólo puede identificar o reconocer por la vía física. Por eso reconoce a sus amigos por su aspecto puramente físico, por sus ojos, su pelo, su voz, su modo de andar y su tamaño etc., y de hecho sólo puede, por lo tanto, identificar al ser superior, espíritu o yo a través de estas realidades físicas. Si los mismos conocidos aparecieran de repente en nuevos cuerpos físicos, que no fuesen del todo idénticos a los anteriores, el ser en cuestión no sería capaz de identificar o reconocer a sus conocidos. Pero es precisamente lo que sucede cuando el individuo nace en el mundo. Si dos personas terrenas han vivido juntas en una vida anterior y sólo se conocen a través de la apariencia exterior, el cuerpo físico, que cada uno tenía en esa vida, entonces no serán capaces de reconocerse en su vida actual, ya que sus nuevos cuerpos físicos están muy cambiados, no tienen el mismo aspecto que sus cuerpos anteriores, aunque por supuesto siempre habrá alguna similitud presente.
      La identificación se hace aún más difícil si la relación de la vida anterior estaba en el estadio de vejez, donde ambos tenían cuerpos físicos viejos y arrugados, y en su presente relación se encuentran en uno de los otros tres estadios de la vida. Así, se entiende que es difícil identificar a una persona que uno ha conocido en su existencia anterior como un anciano, pero al que, en su vida actual, se encuentra como niño, joven u hombre, en un cuerpo completamente nuevo, que será mucho más bonito y bello, más noble y finamente formado que el cuerpo que tenía en su última vida, en la medida en que él ha vivido en él como debería. Pero también existe la posibilidad de que el cuerpo puede ser mucho menos atractivo, menos bello y menos perfecto que su cuerpo físico previo, en tanto que él no haya vivido como es debido, sino que ha sucumbido a vicios y excesos cuya consecuencia es un debilitamiento de su capacidad de construir un cuerpo sano.
      Como consecuencia los hombres terrenos no reconocen en su existencia actual a sus conocidos de su existencia física anterior.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.