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| Índice de Exequias |
140. CAPÍTULO Cuando uno no tiene la capacidad de estar en contacto con la lógica del plan universal Todos los seres vivos son unidades indispensables, cada una diseñada para satisfacer una parte apropiada de la lógica del plan universal, lo cual en la última instancia requiere amor o la experiencia de la vida absolutamente perfecta. Pero cuando esta lógica no se practica, surge un defecto en el cumplimiento completo del plan universal, lo cual necesariamente debe reflejarse en una manifestación correspondientemente menos perfecta de la vida. Surgen la desarmonía y el sufrimiento. La lógica del plan universal requiere, por lo tanto, que el amor y la perfección sean idénticos a ciertos efectos de causas previas específicas similares. Si la manifestación o las acciones del ser vivo no se vuelven idénticas a estas causas, que en realidad son el cumplimiento de la lógica del plan universal, el ser tampoco puede llegar a experimentar estos efectos. Y puesto que éstos representan el amor y la perfección, cualquier ser que no sea capaz de estar en contacto con la lógica del plan universal se verá impedido de experimentar esas realidades en la misma medida que carece de esa capacidad. Y el hecho de que hay muchos que se encuentran en la misma circunstancia no ayuda la situación o la hace más fácil. Los efectos de la desviación de un individuo de su destino en el plan universal no cesan porque miles de seres cometen el mismo error, o porque el error se practica de buena «fe» como religión, moral pública, costumbres y prácticas. |
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