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134. CAPÍTULO

La forma de vida antinatural de los hombres terrenos fomenta profesiones y oficios

Para un cierto grupo de personas, mi análisis de la recolección de flores parecerá particularmente extraño o incomprensible, y es el grupo para quien la recolección de flores es un oficio. Es precisamente así en la vida cotidiana que la violación humana de las leyes absolutas de la vida en muchos campos es tan diversa y omnipresente que se ha convertido en una manera de ganarse la vida. Los deseos antinaturales o primitivos son tan predominantes que la creación de la oportunidad para su satisfacción se ha convertido en una profesión. La matanza, la caza y la pesca, el cultivo del tabaco, la venta de tabaco, la venta de narcóticos y otros medios de destrucción del cuerpo, la venta de flores y ramas cortadas son, pues, profesiones, que están únicamente basadas en la actitud de conciencia todavía primitiva de la gran mayoría frente a la ley de la existencia, basadas en la satisfacción de sus deseos desarrollados erróneamente. Y lo cierto es que yo, con estos análisis o líneas, no espero poder cambiar tal antinaturaleza predominante, tal vida mental mal ajustada. Este proceso de transformación sólo lo puede llevar a cabo la vida misma. Las violaciones de las leyes de la vida no dejan de ser violaciones porque se hayan convertido en profesiones, en negocios y a través de compañías mundiales proporcionan pan y trabajo para muchas personas, por el contrario, oscurecen precisamente en tales casos la verdad aún más y hacen que la ilusión sea aún más fuerte. Y las violaciones o los efectos de la vida imperfecta no faltarán, sino que determinan que la misma gran mayoría de los seres vivos debe vivir en una vida donde matanzas, asesinatos, mutilaciones, enfermedades, dolores y miseria se han convertido en realidades diarias tan extendidas que los hombres terrenos ni siquiera piensan en su verdadera causa, sino que en muchos casos piensan que es el universo mismo, que es tan imperfecto, que la vida misma es un caos basado en la pura casualidad. No entienden que es su propio comportamiento, su percepción y actitud ante la vida lo que es la causa absoluta de las desarmonías, por no estar en contacto con la lógica del plan universal, y tampoco están dispuestos a entenderlo, debido a que su percepción y comportamiento son de todos, son de la mayoría, de la manada.


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