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| Índice de Exequias |
12. CAPÍTULO Cuando el ser se hace contrario a la cremación Pero, dado que el comportamiento arriba mencionado pertenece a una forma de expresión o marcas distintivas de una zona de desarrollo particular, no se puede culpar a los individuos de las mismas zonas. Nadie puede manifestar estados de desarrollo más altos que a los que ha llegado. Este análisis no constituye, por lo tanto, ningún tipo de reproche, sino sólo se ha manifestado con el fin de demostrar que las objeciones a los que son contrarios a la cremación están muy lejos de poder representar una autoridad. Y no hace el asunto mejor en los casos en que las objeciones son dictadas por intereses económicos, es decir, en aquellos casos en que el individuo con una cierta cantidad de dinero ya ha decidido el destino de su cadáver con una compañía de cremación. En los casos en que esta cantidad se pierde si el individuo más adelante cambia de opinión y ya no quiere que su cadáver se queme, tal circunstancia puede provocar una reacción inconsciente en la mente subconsciente, cuyos efectos pueden llegar a su conciencia diurna como una irritación o aversión contra la anti-cremación. Esta irritación busca su expresión en amargos pensamientos y declaraciones en contra de esa realidad. Por ejemplo, su origen juzgará este análisis como fanatismo, a su autor como «despistado» etc. Sin embargo, en muchos casos esta irritación se debe a que hay algo en lo más profundo de su subconsciente que, inconscientemente, está en armonía con la anti-cremación. Esto a su vez significa que un ser así en realidad, aunque sea inconscientemente, simpatiza con esto y que la irritación en realidad sólo es un pesar de la pérdida financiera adjunta y la aparición repentina de realidades, que lo revelan como partidario de un factor que en su análisis real sólo puede ser definido como expresión de primitivo y paganismo. Pero el hombre avanzado y buscador supera rápidamente este pesar y se convierte contrario a la cremación. Con ello logra la enorme felicidad de que sus últimos restos mortales, su última memoria, su último saludo físico a los sobrevivientes no tiene que ser idéntico con el símbolo indiscutible de primitivismo y falta de sensibilidad frente al microcosmos, la amplia forma de asesinato en masa, la violación millonaria del quinto mandamiento como las «cenizas» de un cadáver que de acuerdo con su análisis cósmico o visto a través de la «espíritu santo» representa. |
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