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| Índice de Exequias |
107. CAPÍTULO Un mundo de seres vivos cuya atmósfera da brillo a la existencia física y un lustre suave sobre la imperfección terrena Aparte de la matanza en masa de los microindividuos que hemos analizado en relación a la cremación, es generalmente válido que existe un proceso todavía muy extenso de matanza y mutilación de seres vivos de una naturaleza muy diferente en conexión con el entierro del hombre terreno. Estos seres tienen una apariencia en la vida tan bella y serena, todavía tienen tanto de la atmósfera del «reino de la bienaventuranza» o el plano espiritual de donde vienen y donde reside su conciencia diurna, que no sólo dan lustre a su propia apariencia física, sino que también se han vuelto indispensables en todo lo que se quiere adornar, por todas partes donde habrá fiesta, donde habrá alegría. Sus nombres se han convertido en expresiones poéticas para toda glorificación, son los símbolos terrenos de inocencia, exaltación y pureza.No es de extrañar que rápidamente se aprendió a utilizar estas formas de vida para la coronación de los sueños más bellos de la existencia física, así como para velar sus penas más pesadas. Lucen delante de la joven novia en el altar, y cubren la pesada gravedad de la tumba. Su fragancia se dispersa desde los brillantes vestidos del salón de fiestas hasta el lecho del enfermo de la habitación individual más alejada del hospital. Son el homenaje del niño a la madre. Son la caricia del joven para su joven amante. Son la gratificación del hombre por el compañerismo fiel y años de cooperación. Son los últimos momentos brillantes junto a la cama de muerte del anciano. Son testigos de un reino metafísico desde donde él vino y hasta donde él camina. Este mundo de seres vivos cuya atmósfera da así brillo sobre la existencia física es «el reino vegetal». Y es en forma de «flores» que culmina el brillo poderoso de este reino y se dirige a los corazones, se deshiela la mente congelada y, con su colorido vestido de verano, busca poner un lustre suave sobre toda imperfección terrena. |
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