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Véase el símbolo nº 37 en nueva ventana Índice de La Imagen Eterna del Universo, volumen 4   

 

 
Símbolo n° 37
La verdad eterna velada y la verdad eterna revelada
La verdad eterna velada y la verdad eterna revelada
37.1  Porqué la verdad eterna sólo puede ser revelada gradualmente
Paulatinamente, a medida que hemos avanzado en los análisis cósmicos del universo, no nos es difícil comprender porqué, a través de los tiempos, a la humanidad sólo se le ha contado la verdad sobre la vida de un modo muy conciso y simbólico. Las informaciones sobre la verdad estaban muy veladas para los incipientes seres humanos, altamente primitivos, ya que estos seres no la habrían podido entender en absoluto si se les hubiese revelado con su análisis de conjunto científico y total. Tenía que limitarse a ser sólo una explicación, en forma simbólica, de la parte de la verdad eterna que encajaba con la facultad de comprender de dichos seres humanos primitivos. Pero a medida que la inteligencia y el amor de los seres humanos se fueron desarrollando, la explicación de la verdad tuvo que modificarse correspondientemente, de modo que pudiese seguir encajando con la facultad de percibir o comprender de los seres. Y de este modo, se ha ido descorriendo un velo tras otro de la verdad eterna, a medida que los seres humanos han ido evolucionando y pudiendo comprenderla cada vez más. Y tras el último velo, que está siendo descorrido conforme los seres humanos paulatinamente adquieren madurez para la conciencia cósmica, éstos experimentarán, con su mentalidad totalmente desarrollada, la verdad eterna o solución del misterio de la vida como un hecho científico, comprensible intelectualmente y accesible a la investigación del observador o investigador evolucionado cósmicamente.
      El que la verdad divina, o conocimiento supremo, sobre la vida sólo pueda ser adquirida por los seres humanos por medio de una revelación paulatina de este tipo a través de muchas vidas, se debe precisamente a que su capacidad de percepción está en desarrollo. Los seres humanos que se encuentran en los estadios primeros y primitivos de su evolución, tras el estadio de simio, sólo pueden percibir en virtud de su instinto. El instinto constituye la primera de las siete energías básicas que fomentan el despliegue de la vida del ser vivo. Es la energía que estimula todas las funciones automáticas de los organismos de los seres vivos, del mismo modo que estimula el crecimiento de todas las formas de vida vegetal y el modo de ser de los animales y una parte de la mentalidad o modo de ser del hombre primitivo o no desarrollado. Estos seres menos desarrollados o primitivos no pueden de ningún modo comprender la solución del misterio de la vida como análisis intelectuales o científicos. Su inteligencia todavía está en su comienzo, pero por medio de su instinto "perciben vagamente" que existe un poder superior, un estado superior de existencia en forma de dioses o de un dios. Esta facultad del instinto o "de percibir vagamente" es innata, del mismo modo que los otros talentos del ser: la vista, el oído, el olfato, el gusto, etc.


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