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Símbolo n° 17
Reencarnacion, ciclos y estaciones del año
17.1  Como tiene lugar la creación del hombre por Dios a "su imagen y semejanza".
Tal como ya sabemos por lo que antecede, la actual vida física terrena del ser vivo no es la única que éste ha vivido en la Tierra. Dejando aparte el hecho de que el ser, en un momento más avanzado de su evolución, experimentará con sus propios sentidos la inmortalidad como un hecho real, si observamos la conciencia, las facultades y las disposiciones de este mismo ser – tal como se presentan en el hombre corriente – podemos ver que estos fenómenos son algo inacabado. Tampoco es difícil ver que todos los seres humanos no están inacabados en el mismo grado. Pero para poder juzgar este estado inacabado de los seres vivos, hay que conocer primero lo que caracteriza al estado totalmente acabado. Sobre este estado acabado sabemos, según la Biblia, que es la meta a la que se dirige la evolución de los seres vivos. Las palabras bíblicas: "Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra" expresan, así, la finalidad cósmica que tiene la evolución de los seres vivos. Además, la realización del plan divino se ha hecho evidente para nosotros de un modo muy claro por medio de ese proceso que podemos observar como un hecho físico y que llamamos "evolución". No se puede vivir la vida cotidiana sin hacer experiencias. Las experiencias son conocimiento. Una contínua suma de experiencias a la conciencia estimula el desarrollo de la mentalidad, lo cual es lo mismo que evolución. Nuevo conocimiento fomenta nuevos intereses, y nuevos intereses dan lugar a nuevas creaciones, nuevas creaciones estimulan el desarrollo de la facultad creadora y de experimentar la vida. De este modo, el ser es conducido desde unas formas inferiores de experimentar la vida a otras cada vez más superiores.

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