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Véase el símbolo nº 15 en nueva ventana Índice de La Imagen Eterna del Universo, volumen 1   

 

 
Símbolo nº 15
La ley que rige el movimento
15.1  El yo y la facultad creadora de la Divinidad viven en el organismo y en la facultad creadora de cada ser
Por medio de las explicaciones de los análisis cósmicos de los símbolos precedentes, hemos sido puestos al corriente de que la estructura viva del universo es el organismo de un ser gigantesco en el que todo vive, se mueve y es; hemos contemplado la identidad del ser vivo como un principio trino eterno o inmortal y hemos visto que este principio es válido tanto para el universo como para nosotros y para cualquier otro ser vivo. A estos tres principios los conocemos como el yo del ser vivo, su facultad creadora y lo creado. El "Algo" más preeminente del organismo de un ser vivo es su yo, que es su soberano, o el "Algo" que experimenta y crea con ayuda de la estructura física y espiritual de su organismo. Esto es válido para todos los seres que se hallan en el organismo de la Divinidad o universo, tanto los del microcosmos como del macrocosmos, ya que el conjunto de todos los seres vivos constituye una unidad inseparable o ese ser vivo al que llamamos Dios. El conjunto de los yo de los seres vivos constituye, como ya se ha mencionado anteriormente, el yo de la Divinidad, y sus facultades creadoras y sus organismos forman, también conjuntamente, la facultad creadora y el organismo de la Divinidad. El yo y la facultad creadora de la Divinidad habita, de este modo, en el yo y en la facultad creadora de cada ser. Toda creación es, pues, una manifestación de Dios, del mismo modo que cada experiencia es una experiencia de la manifestación de Dios.


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