Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(F,A,B,1-16) 
.  
(1-8) 
 
Búsqueda avanzada
Véase el símbolo nº 7 en nueva ventana Índice de La Imagen Eterna del Universo, volumen 1   

 

 
Explicación del símbolo nº 7
7.8  Este símbolo representa un ser vivo. El triángulo y la zona blanca del centro simbolizan el yo y su supraconciencia, mientras que la zona que se halla a su alrededor simboliza su organismo físico o cuerpo.
      El símbolo se halla inscrito repetidas veces en este cuerpo con tamaño sucesivamente menor, de modo que un símbolo se halla dentro de otro. Esto quiere representar que, del mismo modo que estas figuras se hallan las unas dentro de las otras, así también los organismos de los seres vivos se hallan dentro de los organismos de seres vivos, con lo cual la condición necesaria para la vida del macro y microorganismo existe garantizándoles espacio vital y posibilidades de creación.
      Del mismo modo que nuestro organismo físico constituye el universo o espacio vital de nuestros órganos y éstos, a su vez, forman el universo o espacio vital de microseres todavía menores, y así continuando en dirección descendente hacia lo infinitamente pequeño; nosotros, con nuestro cuerpo físico, también somos microorganismos de un organismo mayor, lo cual en este caso quiere decir que somos organismos del globo terrestre que es órgano o microorganismo de la estructura u organismo del sistema solar. Este es, a su vez, microorganismo en el sistema de la Vía Láctea, que por su parte es microorganismo en un sistema u organismo todavía mayor, y así continuando en dirección ascendente hacia lo infintamente grande.
      El universo constituye, de este modo, una unidad infinita formada por seres vivos dentro de seres vivos ligados entre sí de un modo inalterable, y se nos muestra como un océano de vida, conciencia, experiencias y creación que se halla en su punto culminante y que todo lo abarca. El que esta gigantesca conciencia constituye un ser vivo existente por sí mismo es un hecho en virtud de la circunstancia de que la conciencia, la experiencia de la vida y la creación de todo ser solamente pueden existir en virtud de su inalterable vinculación a la citada conciencia gigantesca y de su colaboración con ella. Pero algo que está entrelazado de un modo inalterable solamente puede existir como una unidad. Pero una unidad formada por órganos o cuerpos que colaboran bajo la dirección del "Algo" divino que se manifiesta como el yo de los seres vivos sólo puede existir como un ser vivo. El organismo de este ser vivo está, por consiguiente, formado por el conjunto de todos los organismos de los seres vivos existentes, que es lo mismo que todo el universo material. Su yo y su conciencia están, del mismo modo, formados por los yo y las conciencias de todos los seres vivos existentes. El que todos los seres vivos del universo forman un único ser vivo que todo lo abarca se hace evidente en virtud de esa circunstancia que hace que ningún ser vivo pueda existir sin estar vinculado de un modo inconmovible con este origen vivo del universo y sin colaborar con él. Con todo lo expuesto, hemos entrevisto un primer indicio de la existencia de una Divinidad eterna con la que nuestro yo, nuesta conciencia, nuestro organismo y así mismo nuestra manifestación, nuestra experiencia de la vida y nuestro destino, están entrelazados de un modo indisoluble.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.