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Véase el símbolo nº 4 en nueva ventana Índice de La Imagen Eterna del Universo, volumen 1   

 

 
Explicación del símbolo nº 4
4.7  Cada una de las figuras dividida en tres partes, que en el símbolo aparece al lado de las otras, representa un ser vivo. La zona blanca de cada figura simboliza la eterna y suprema esencia del ser o yo. Su zona violeta simboliza la estructura cósmica eterna de dicho ser que, en contacto con el yo, constituye su supraconciencia. Es en esta supraconciencia donde se halla enraizada la estructura de la subconciencia del ser. (Más tarde trataremos de esto).
      La zona coloreada inferior simboliza el organismo físico del ser, que éste domina, gobierna y dirige en virtud de la supraconciencia. Esta realidad constituye, en contacto con el yo, el auténtico ser vivo y eterno, y el verdadero origen y el soberano del organismo físico. El hecho de que las figuras divididas en tres partes se presenten en una hilera, y de que su tamaño sea creciente de izquierda a derecha, simboliza que el ser vivo está sometido a una evolución. Por medio de esta evolución, los seres se desarrollan desde las formas de vida minerales hacia formas de vida vegetales. Partiendo de ellas evolucionan hacia formas de vida animales y finalmente humanas. Cada una de estas formas de vida constituye las épocas evolutivas que, en la vida diaria, conocemos bajo los conceptos de: reino mineral, reino vegetal, reino animal y el totalmente perfecto o consumado reino humano respectivamente. A la izquierda del símbolo, indicado con el color añil claro, tenemos el reino mineral. A continuación, con color rojo, el reino vegetal y, con color naranja, el reino animal, además del consumado o perfecto reino humano indicado con color amarillo.
      A partir de la línea blanca vertical, en el reino animal, y hasta la zona amarilla o perfecto reino humano tenemos el dominio evolutivo del hombre terreno inacabado. Hasta cierto punto este ser todavía pertenece al reino animal en lo que atañe a las áreas de conciencia heredadas de este reino y que aún no ha superado en beneficio de la mentalidad humana; por ello debe ser considerado como inacabado. La zona amarilla representa los hombres totalmente acabados, que constituyen el correspondiente auténtico reino humano perfecto y que será el resultado final de la actual e inacabada humanidad de la Tierra.
      La estrella de color naranja, de la que surge un largo rayo de color verde y un rayo muy corto de color amarillo-verde, simboliza la investigación humana, de modo que el rayo verde de la izquierda representa las ciencias naturales y el verde-amarillo de la derecha la filosofía. El rayo verde simboliza, simultáneamente, la facultad intelectiva, que es la capacidad más elevada de investigación que esta ciencia posee. Es por ello que la ciencia materialista no puede dar la solución del misterio de la vida. Al contrario, su misión es, con ayuda de sus conocimientos y su saber, abrir camino a los hombres para que puedan dominar las fuerzas del inmenso océano de recursos que la naturaleza posee en beneficio y mejoramiento de su vida física cotidiana.
      La figura horizontal en forma de superficie cónica del símbolo, que está constituida por las distintas figuras que representan los seres vivos desde el reino mineral hasta el reino humano totalmente acabado, constituye un pequeño segmento del universo. La zona blanca y la zona violeta de este segmento constituyen, como ya se ha citado anteriormente, el yo y la subconciencia de los seres vivos. Estas realidades altamente psíquicas son totalmente inaccesibles para la percepción física. Estas zonas se hallan, por consiguiente, fuera del dominio de la ciencia materialista. Esta se limita a las zonas inferiores de colores diversos, que simbolizan los organismos físicos o estructura material de los seres y que éstos pueden investigar y analizar por medio de su inteligencia. De este modo, pueden crearse una cierta concepción filosófica que se halla simbolizada por el corto rayo de color amarillo-verde. La solución del misterio de la vida se halla en las partes blancas y violetas de las figuras, que son el yo y la supraconciencia de los seres vivos; es decir, el ser auténtico, original y eterno que se halla tras los organismos físicos temporales. Pero los sentidos sólo pueden tener acceso a esta solución mediante el principio religioso que en su culminación es lo mismo que el "espíritu santo" o "conciencia cósmica".
      El rayo amarillo, que va desde una estrella pequeña a una grande de la que surgen dos potentes rayos blancos, simboliza el principio religioso. Todos los estadios, tanto los materialistas, los políticos y los de tipo ateo como los comunes y conocidos estadios religiosos de la zona evolutiva del hombre inacabado, son una manifestación de dicho principio, que ha sido estimulado por los redentores del mundo y otros guías de pueblos con distintas calificaciones espirituales adecuadas a los grupos humanos entre los que se encarnaron. El resultado final de este principio divino constituye el nacimiento de la conciencia cósmica en el hombre, con lo cual la conclusión de la creación del hombre por parte de la Divinidad, a su imagen y semejanza, se ha cumplido de un modo satisfactorio. Gracias a este resultado, que en Livets Bog (El Libro de la Vida) se cita como "el gran nacimiento", el hombre alcanza total autonomía y se transforma en uno con Dios. Tras este acontecimiento, se transforma él mismo en "el camino, la verdad y la vida". Este nacimiento y la consiguiente conciencia cósmica, a la que éste da lugar, están representados por la estrella amarilla, que se halla en la parte superior del símbolo, así como por los dos grandes rayos blancos que surgen de ella.
      En la parte superior del símbolo vemos una imagen del globo terrestre. El hecho de que esté exactamente encima de la zona correspondiente a los hombres terrenos inacabados, lugar en que se halla la ciencia materialista, quiere simbolizar que el globo terrestre, en su camino evolutivo se encuentra precisamente en un estadio gracias al cual puede proporcionarles a los hombres inacabados las condiciones de vida que les son necesarias para alcanzar ese nivel de experiencias y esa vivencia del destino que se exigen para alcanzar "el gran nacimiento".
      La fina línea de color naranja, que se halla en la parte superior del símbolo y que se extiende desde el reino mineral – pasando por el globo terrestre – hasta el auténtico reino humano, indica simplemente que esta zona constituye esa parte del mundo "creado" de la que la humanidad de la Tierra tiene conocimiento (con la ayuda de la investigación científica).
      La pequeña estrella de color rojo indica la frontera entre el reino mineral y el reino vegetal, y la estrella algo mayor de color naranja indica la frontera entre el reino vegetal y el reino animal.
      La figura I de la pequeña imagen en la esquina inferior izquierda del símbolo representa al ser vivo. La figura II al hombre sin conciencia cósmica. La figura III al hombre con conciencia cósmica u hombre acabado "a imagen y semejanza de Dios". Las líneas de puntos indican la capacidad de percepción de ambos seres. De este modo, podemos ver que el hombre con conciencia cósmica percibe toda la estructura del ser vivo, tanto la física como la espiritual, y así experimenta la solución del misterio de la vida; mientras que el hombre inacabado o carente de conciencia cósmica sólo puede experimentar su organismo físico y otros fenómenos creados, o que se hallan en el espacio y el tiempo, y no puede experimentar los hechos cósmicos o eternos. Es por ello que la vida y la inmortalidad y existencia eterna de los seres son un misterio para el hombre inacabado.


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