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| La salida de la oscuridad | 2664. Es este espíritu el que, en un sentido absoluto, es el mismo que se cernía sobre las aguas, y en virtud del cual tiene lugar la creación de Dios. Es este espíritu que es la conciencia primaria de Dios, y que en la religión mundial cristiana se expresa como «el espíritu santo». Y es este espíritu divino, y la consiguiente manera de ser, lo que Dios en su amor inalterable nos ha revelado en forma de los análisis cósmicos. Y con estos análisis cósmicos en el cerebro, el corazón y la manera de ser, el hombre terreno llegará a brillar y resplandecer para su entorno como un sol de amor, sabiduría y arte. Y con una humanidad de tales soles, los continentes y mares de la tierra irradiarán luz cósmica. Donde antes estertores de muerte, lamentos y gritos de ayuda, explosiones de bombas y destrucción de culturas, y otras manifestaciones del infierno de la ignorancia y la superstición habían saboteado la paz mundial en las regiones de la conciencia secundaria de Dios, las sombras, negras como la noche, de la conciencia diabólica cederán el paso a la profusión luminosa del rostro de Dios en una humanidad que se ha convertido en una con Dios, una con el amor, una con la sabiduría, una con la alegría y la bienaventuranza. Por los campos luminosos de este reino divino, el eterno camino de la vida se adentra, todavía más profundamente, en la infinidad y eternidad de la aventura de la vida de las regiones de bienaventuranza del reino de Dios. |
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