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Lo que los análisis cósmicos o imagen eterna del universo nos muestran  2654. ¿Qué es lo que, por medio de los análisis cósmicos, Dios nos ha mostrado, así, como solución del misterio de la vida o como la absolutamente verdadera imagen del universo, e inalterable fundamento de la manera de ser más elevada y perfecta, para infalible guía y apoyo del hombre terreno inacabado en su camino a través de la oscuridad hacia la luz, para experimentar lo dispuesto por la Divinidad sobre este ser y, además, con todos los seres vivos existentes? Los análisis cósmicos nos han mostrado:
1.Que el universo físico sólo existe como efectos de otro universo que contiene la verdadera y absoluta solución del misterio de la vida.
2.Que el universo físico no contiene, por sí mismo, nada «vivo» en absoluto, ya que consiste exclusivamente en movimientos y combinaciones de movimientos que parcialmente se muestran a los sentidos físicos como «movimiento», «materia» y «combinaciones de materia» que, a su vez, se muestran como «organismos de seres vivos», «formas y cosas creadas», con lo cual «algo vivo invisible» se manifiesta como origen de todo movimiento y, con ello, como origen de toda creación, manifestación de voluntad, revelación de pensamiento y de conciencia y la consiguiente experimentación de la vida.
3.Que, de esta manera, el universo físico sólo está compuesto absolutamente por «cosas creadas» que, a su vez, sólo pueden estar absolutamente creadas por un «creador», que es imposible que se manifieste en la zona física, dado que esta zona sólo puede exclusivamente contener las cosas producidas por este creador.
4.Que la imagen del universo de la ciencia materialista sólo constituye una información, más o menos fundamental, sobre un universo de átomos y electrones, un universo de estrellas y galaxias, un universo de sustancias y materias, pero carente de verdadera información sobre el origen de la diversidad de procesos creadores lógicos del mundo físico, o sobre los procesos de la conciencia revelados por medio de los organismos físicos
5.Que el universo físico sólo consta exclusivamente de organismos físicos para «algo vivo», y que estos organismos se encuentran los unos dentro de los otros, desde el infinito en lo pequeño hasta lo infinito en lo grande.
6.Que nuestro propio organismo físico se encuentra entre lo que se nos aparece como lo infinitamente pequeño, que llamamos «microcosmos», y lo que se nos aparece como lo infinitamente grande, que llamamos «macrocosmos», y que los organismos físicos que se nos aparecen como vida física vegetal, vida física animal y vida física humana constituyen los estadios intermedios entre los dos cosmos, por lo cual expresamos estos estadios como «mesocosmos».
7.Que toda la materia o sustancia física, absolutamente sin excepción, es, bajo diversas formas, carne, sangre y esqueleto de los organismos de los tres cosmos citados.
8.Que ningún organismo físico puede existir sin ser espacio de vida, universo o macrocosmos para seres microcósmicos o mesocósmicos, y que nuestro propio organismo físico es, así, macrocosmos para los microseres, órganos, células, moléculas, etc. que se encuentran en él, de la misma manera que es un organismo microcósmico en el organismo macrocósmico, dentro del cual él mismo existe. Cada ser vivo constituye, de esta manera, a la vez un ser macrocósmico, mesocósmico y microcósmico.
9.Que el universo físico es un organismo vivo en el que todos los demás organismos físicos son órganos que trabajan y generan objetivos vitales, tanto para sí mismos como para el macroorganismo en el que se encuentran.
10.Que el universo físico constituye, así, un único gran organismo que se pierde para nuestros sentidos físicos en la lejanía ascendente de lo inmensamente grande y, así mismo, se pierde en la lejanía descendente de lo inmensamente pequeño, y en virtud de los organismos de todos los seres vivos genera un océano infinito de procesos creadores lógicos, que todos son en su resultado final para alegría y bendición de seres vivos.
11.Que el universo físico no puede ser en absoluto la solución del misterio de la vida, puesto que a través de él se pone en marcha un proceso creador lógico, y un proceso así no puede de ninguna manera ser inventado, planificado ni dirigido por los simples movimientos, vibraciones y longitudes de onda que constituyen la materia o sustancia de que está formado este universo.
12.Que el universo físico sólo consta, de manera absoluta, de «creación» y «cosas creadas» y, de esta manera, no puede de ninguna manera existir como «creador». El universo físico nunca ha sido otra cosa, y jamás puede ser otra cosa en su resultado final que «cosas creadas». Por consiguiente, más allá de las cosas creadas tiene que existir «un creador» o «algo vivo» que puede planificar y combinar la materia, de manera que, precisamente, se convierta en «cosas creadas».
13.Que la imagen del universo de la ciencia materialista no da ninguna información en absoluto sobre la existencia de «este algo vivo», y tampoco puede dar ninguna información sobre su existencia, información que por lo tanto tampoco tiene en absoluto como misión o tarea.
14.Que la ciencia materialista sólo puede darles a los hombres conocimiento sobre la materia, conocimiento sobre pesos y medidas, velocidades y longitudes de onda, volumen y porosidad, combinaciones de cosas creadas, estructuras y cosas semejantes, todo ello sólo información sobre «lo creado», pero ninguna información en absoluto sobre «el creador». Éste o «lo vivo» tras la creación y las cosas creadas es, de esta manera, un misterio para cualquier hombre no iniciado.
15.Que la solución del misterio de la vida no es meramente conocimiento sobre movimientos, sustancias o materias, dado que estos fenómenos sólo pueden existir como efectos o manifestaciones de «algo» que de ninguna manera puede existir como cosas o materias físicas creadas que, en sí mismas, son fenómenos muertos, pero puestos en movimiento y transformación, precisamente en virtud de este «algo vivo» tras estos fenómenos.
16.Que la imagen del universo de la ciencia materialista no puede, en absoluto, darles a los hombres ningún conocimiento sobre cómo pueden eliminarse las tendencias animales de los hombres y cómo la bendición de la paz luminosa y cálida puede ser llevada a eliminar las esferas sangrientas de cataclismo o infierno de la guerra de los terrenos de la Tierra.
17.Que la ciencia materialista no es una ciencia sobre paz, moral, humanitarismo y manera de ser. Sólo es una ciencia sobre métodos materiales de creación, métodos de ataque y defensa, dominio de las fuerzas de la naturaleza para usarlas para provecho y, en ciertos casos, para destrucción de seres y cosas.
18.Que la adquisición de la ciencia materialista sólo exige el talento de la inteligencia y no está, por consiguiente, condicionada por la moral ni por ninguna facultad humana superior. Por lo tanto, no puede constituir para el hombre ningún fundamento duradero, en absoluto, para una paz, felicidad y alegría inquebrantable. Sin moral suficiente, crea conciencia diabólica y el consiguiente cataclismo o infierno para los hombres.
19.Que la humanidad terrena posee hoy una ciencia materialista extraordinaria o sobredimensionada en relación con la evolución humana. Esta falta de equilibrio psíquico sólo puede ser compensada por medio de los efectos de la manera de ser de la conciencia diabólica, dado que estos efectos, como destinos de culminación de día de juicio final o sufrimiento, son lo único que puede hacer avanzar tanto la facultad o talento humano del verdadero cristianismo de Jesús, que puede llevar a los hombres a tener hambre de un conocimiento superior, una ciencia de la manera de ser luminosa de la paz y el amor.
20.Que la presunta «nueva imagen del universo» de la ciencia materialista no es en absoluto ninguna verdadera imagen del universo. Sólo constituye un conocimiento sobre materia, un conocimiento sobre movimiento, un conocimiento sobre la estructura de cosas físicas creadas, un conocimiento sobre pesos y medidas, un conocimiento cuyos más elevados resultados finales no pueden elevar al hombre por encima del temor a la muerte o un mal destino, un conocimiento que no puede conducir en absoluto a ningún hombre a la solución del misterio de la vida, a la Divinidad ni a la verdadera, auténtica imagen del universo que revela el parentesco de los seres con Dios y su propia inmortalidad, o los revela como el propio señor de la vida y los lleva a la comprensión de su propia alta identidad y de la consiguiente culminante manera de ser luminosa.
21.Que la ciencia materialista, sin contacto con la ciencia cósmica, el humanitarismo o el amor, es dirigida por las tendencias animales del hombre y, así, se convierte en el fundamento de la creación por los hombres de guerra, cataclismo o infierno en el mundo.
22.Que la ciencia materialista, en contacto con la ciencia cósmica y, dirigida, así, por humanitarismo o amor, se convierte en el fundamento de la creación de la manera de ser totalmente perfecta que revela al ser como «hombre a imagen y semejanza de Dios» y, de esta manera, pone de relieve el cumplimiento de la disposición de Dios con los hombres y crea, por medio de ellos, «el reino de los cielos» o «el verdadero reino humano», en el que todos los hombres de la Tierra constituyen un pueblo, un reino, un estado con un gobierno. Así, vemos aquí el total cumplimiento de la promesa de Dios sobre política que dice que habrá «un rebaño y un pastor».
23.Que la denominada «salvación del mundo» es la evolución del humanitarismo o amor al prójimo absoluto y verdadero que da calor e ilumina, mucho más allá de lo que el amor y la felicidad matrimonial pueden proporcionar. Un amor así es absolutamente lo único que puede proteger al hombre contra un mal destino, contra el día de juicio final o cataclismo.
24.Que quien no tiene verdadera facultad de amor al prójimo, o manera de ser humana, seguirá sembrando falta de amor y los consiguientes sufrimientos para su entorno. De modo correspondiente, también seguirá cosechando nuevamente falta de amor y sufrimientos de su entorno. Pero esta cosecha crea, por su parte, la facultad humana o desarrolla el amor, que no sólo se convierte en una protección contra la oscuridad y los sufrimientos, sino que también genera la facultad de la intuición, que es el fundamento de la percepción cósmica. Eleva al hombre a la más alta forma de experimentación, es más, a la percepción por medio del propio «espíritu santo» que, a su vez, es lo mismo que espíritu de Dios o conciencia de Dios.
25.Que los hombres terrenos han alcanzado un estadio de su transformación por Dios, en el que de seres de la oscuridad se convierten en seres de la luz, donde necesitan una ciencia que teóricamente pueda dejarlos experimentar este propósito de Dios con su existencia de hoy, independientemente de cómo se muestre su existencia, independientemente de lo inmoral y diabólica e incitadora a la guerra que se presente. Es este conocimiento cósmico o ciencia lo que hoy ilumina el camino a través de la oscuridad que los hombres tienen por delante. Este conocimiento es el primer gran saludo de bienvenida a la casa del padre que resplandece acogiendo al hijo pródigo a su regreso a su padre. Es la incipiente visión del reino de la luz, que es la residencia divina y verdadera de todos los seres vivos, en la que son uno con el Padre eterno.


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