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La percepción física y cósmica y la imagen del universo respectivamente físico y cósmico a que ha dado lugar  2645. Por medio de los análisis cósmicos hemos visto, no el universo físico creado del átomo y del electrón o de la materia o sustancia, es decir: el universo que puede observarse con telescopios, microscopios, y calcularse con cerebros electrónicos y cosas semejantes, sino, al contrario, el universo cósmico total, el universo que no puede calcularse por medio de aparatos ni observarse por medio de los sentidos físicos. ¿Hay, entonces, dos universos? No, de ninguna manera, porque en tal caso, ninguno de estos dos universos podría ser un universo, pero el verdadero y absoluto universo aparece en dos zonas especiales, a saber, la denominada zona física y la denominada zona espiritual o cósmica. Como ya sabemos, cada una de estas zonas sólo puede percibirse por medio de una forma correspondiente de conjunto de sentidos. La zona física sólo puede, de esta manera, percibirse en virtud de los sentidos físicos, y la zona cósmica en virtud de los sentidos cósmicos. Como los peculiares sentidos cósmicos sólo son alcanzados por el individuo en el estadio evolutivo más alto, mientras los sentidos físicos se obtienen en los estadios inferiores de la evolución, no se puede evitar que deba haber dos correspondientes conceptos del universo, un concepto físico o una imagen física del universo, y un concepto cósmico o una imagen cósmica del universo. Por lo que respecta a la imagen física del universo, ésta sólo es en sí misma un océano infinito de movimiento y materia, en el cual todos los detalles materiales pueden medirse, pesarse y calcularse, y cuyos resultados sólo son, por consiguiente, fenómenos muertos en las dimensiones de espacio y tiempo y, como se ha dicho, accesibles para la percepción e investigación física. Por lo que respecta a la imagen cósmica del universo, ésta se compone exclusivamente de fenómenos cósmicos, es decir, de todas las realidades eternas que, conjuntamente, constituyen lo vivo en sí, lo dirigente, lo creador, lo que experimenta, lo que, así, expresa o manifiesta su existencia y conciencia a través de los organismos físicos y procesos creadores. Como se ha dicho, esto vivo sólo puede percibirse o experimentarse por medio de percepción cósmica, es decir: percepción en virtud de la facultad de la intuición que constituye el fundamento de toda experiencia cósmica. Pero, este sentido cósmico no puede aprenderse. Sólo puede nacer del desarrollo del amor al prójimo en el ser, y sólo se convierte en algo fundamental cuando éste experimenta el total gran nacimiento.


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