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Los organismos no pueden ser idénticos a los yos o «el algo» que los ha producido  2640. Como todos los fenómenos creados y, con ello, también los organismos de los seres no sólo tienen un comienzo, sino también, inevitablemente, un fin, dichos fenómenos se encuentran en las dimensiones de espacio y tiempo. Por consiguiente, no pueden ser idénticos a la estructura del ser vivo, por medio de la cual han surgido los organismos y las demás cosas creadas por medio de estos organismos. Esta estructura, que ya conocemos como el yo y supraconciencia del ser vivo, existía antes de que surgiesen las cosas creadas. Por lo tanto, igualmente puede existir después de que las cosas creadas se descompongan y dejen de existir. El ser puede, de esta manera, crear igualmente un nuevo organismo otra vez, como ha podido crear el organismo en el que existe hoy. Así hemos visto aquí que el universo revela dos realidades fundamentales existentes: una estructura cósmica alrededor de un «algo» eterno en la Divinidad y, así mismo, una estructura cósmica alrededor de un «algo» eterno o yo en cada ser vivo, además de la Divinidad en forma de un océano de este «algo», y de este «algo» en forma de las cosas creadas por los seres vivos en las dimensiones de tiempo y espacio o cosas perecederas. La creación y experimentación de estas cosas creadas o producidas es lo mismo que el experimentar la vida, tanto para la Divinidad como para los seres vivos.


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