Lee y busca en El Tercer Testamento
   Apdo.:  
(2396-2664,E) 
 
Búsqueda avanzada
   

 

El enamoramiento o simpatía unipolar es un reflejo del sol cósmico de los mundos superiores, revelado a través de organismos físicos en la esfera de oscuridad, negra como la noche, o infierno del ciclo de la espiral  2636. Aunque la simpatía del enamoramiento no puede compararse con la simpatía del amor en la liberación de la revelación del fuego supremo, ni al igual que ella llevar a un general despliegue de culminación permanente entre todos los seres, es, sin embargo, ésta la que lleva a los seres, en su estado unipolar, a esparcir una atmósfera vivificante o luminosa a su alrededor, en la zona de existencia física. Es a esta felicidad de los animales a la que podemos agradecer los himnos de alabanza de los miles de gargantas en la primavera, cuando los árboles echan hojas. Es esta bienaventuranza la que oímos en el cu-cu del cuco, el silbido del estornino, el trino del ruiseñor y del tordo en las arboledas verdes. Es la misma sensación de felicidad que se revela a través del canto de la alondra y el grito del avefría sobre campos y praderas y, así mismo, del monótono croar de las ranas en los estanques y lagunas. Convierte toda la sexualidad unipolar en forma pura en luna de miel o en vivificante claro de luna plateado para su origen en su esfera oscura de cataclismo. Es un reflejo del sol de los mundos superiores revelado a través de organismos físicos en la noche eterna del panorama de la vida. Sin esta luz en la oscuridad del ciclo de la espiral, el infierno tendría que estar aquí en su forma pura o totalmente desprovisto de fuerzas celestiales, si, dicho brevemente, se pudiera hablar de alguna manifestación o experimentación de la vida en absoluto.


Comentarios pueden mandarse al Martinus-Institut.
Información de errores y faltas y problemas técnicos puede mandarse a webmaster.