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| El verdadero o absoluto matrimonio cósmico | 2623. Hemos visto que el acto de apareamiento animal en su despliegue normal total une a dos seres en un destello de sensación común de voluptuosidad, que en el momento dado une a los dos seres en uno. Esta voluptuosidad se puede más bien calificar como una embriaguez de bienaventuranza que, más allá del propio acto, deja a los dos seres en una alegría común sobre la posesión, contacto o vinculación sexual mutua. Es esta vinculación lo que constituye el verdadero y absoluto matrimonio cósmico, tanto si las partes están o no casadas religiosa o jurídicamente de manera solemne. Mientras existe esta vinculación y contacto sexual entre las dos partes, están, por lo tanto, verdaderamente casadas en virtud de las propias y eternas leyes de la naturaleza. De la misma manera, ya no existe un matrimonio cósmico así si dicho contacto ha cortocircuitado, sin importar que las partes en cuestión tengan o no certificado de matrimonio. |
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Síntesis