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El impulso sexual bipolar es la base del tono básico del universo: el amor universal  2603. Ante nosotros tenemos un ser que ha avanzado tanto en la evolución que ya no puede enamorarse. Como es exclusivamente la facultad de enamorarse la que, normalmente, crea la atracción y preferencia por los seres de sexo contrario, esta atracción y preferencia por dicho sexo ya no existe en la psique de este ser. Por lo tanto, ya no tiene en él mayor atracción hacia el sexo contrario que la que tiene hacia su propio sexo. Pero, sin embargo, tiene en él un impulso sexual que, normalmente, no cesa nunca. No hay que creer que el estado sexual sólo tiene como tarea fomentar la simpatía del apareamiento y la reproducción en el reino animal. Estaba presente en el reino vegetal y aquí fue transformado en unipolaridad. Esta unipolaridad alcanzó su culminación en el reino animal. Después el impulso sexual será fomentado por la bipolaridad y pasará a tener otra misión. ¿Qué misión tiene, entonces, el impulso sexual, cuando ya no tiene que seguir fomentando el instinto de apareamiento o matrimonial y la consiguiente reproducción? El impulso sexual tiene después la gran e inalterable tarea de mantener y fomentar el tono básico del universo o cosmos: el amor universal.


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