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| Es imposible cumplir la ley de la vida, o que tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo, en virtud de la simpatía del apareamiento o del matrimonio | 2595. Que sin este amor es imposible que el mundo pueda llegar a cumplir la promesa divina sobre un futuro reino mundial, en el que reina la justicia absoluta, y donde todos los estados están unidos en un reino y una Divinidad o, como lo expresa la Biblia, un rebaño y un pastor es absolutamente evidente. ¿Cómo podría llegar a existir en la Tierra un «reino de los cielos» así, si los hombres no adquirieran una simpatía más perfecta que el estado de simpatía artificial que se despliega a través de la simpatía del apareamiento o matrimonio? ¿Cómo van a poder unos seres así, que sólo pueden ser parciales con respecto al sexo opuesto debido, precisamente, a su estructura orgánica, amar a su propio sexo tal como se aman a sí mismos? ¿Cómo podría este estado de simpatía artificial, que sólo les es dado a los seres como un punto de apoyo provisional, hasta que hayan desarrollado el verdadero amor universal en su psique, poner a los seres en condiciones de constituir «la imagen y semejanza de Dios»? ¿Cómo van a poder cumplir tales seres la ley de la vida, a saber, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo? ¿Cómo podría un amor así compaginarse, en su forma pura, con el estado de apareamiento o matrimonial? Aquí se convierte en un hecho para el investigador evolucionado que hay una intención lógica y amorosa tras todos los estados oscuros exteriores, tal como la degeneración del matrimonio y las molestias ligadas a ella. |
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