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| El amor al prójimo hace que la conciencia diabólica degenere | 2589. Aunque la nueva facultad para la simpatía, que se convertirá en el amor total al prójimo, en la gran mayoría todavía se hace valer en un grado muy insignificante, de hecho, incluso en un cierto campo no tiene ninguna influencia en relación con el poder, que todo lo irradia, que una vez llegará a constituir, está, no obstante, tan presente que se puede constatar en todos los hombres terrenos normales. Esta facultad para la simpatía se desarrollará, y llevará a los hombres a que no tengan corazón para desencadenar todos los fenómenos que, en virtud de los estados animales sobredimensionados, desarrollados por medio de la inteligencia, convierten la mentalidad de los hombres en «conciencia diabólica» ¿Y cómo iban los hombres a poder tener aversión y repugnancia por tener que vivir en una conciencia diabólica si con el despliegue de esta conciencia no llegasen, precisamente, a experimentar sus efectos en su vida cotidiana? ¿Y cómo se podría tener una existencia de luz o felicidad permanente cuando uno mismo se hace instrumento para la creación de desdicha, sufrimiento y necesidad para otros hombres? Un mundo de seres así es imposible que se convierta en otra cosa que en un «infierno» o «cataclismo». ¿Cómo podría surgir un mundo de luz permanente en forma pura con una población de tales seres? El estado de conciencia diabólica desencadena, así, una manera de ser en virtud de la cual los seres experimentan los sufrimientos o el mal destino que causan a otros seres. Vivir con un destino así no puede, a la larga, evitar que los seres sientan repugnancia por esta existencia. Pero esta repugnancia no es sólo un fenómeno exterior de tipo intelectual. Dicho destino también fomenta un desarrollo de la facultad del sentimiento. Por medio de ella, los seres adquieren la facultad de poder experimentar o sentir psíquicamente el sufrimiento de otros seres. Lo que crea la facultad humana o facultad del amor al prójimo es la fusión conjunta de las funciones de estas dos facultades. El incipiente desarrollo de esta facultad hará que la conciencia diabólica degenere. |
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