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| El hombre a imagen de Dios no es en absoluto un ser del que haya necesidad de protegerse | 2582. Pero la intención de la vida no es que el hombre tenga que seguir siendo un ser del que, en mayor o menor grado, sea necesario protegerse, de la misma manera que uno se protege contra los animales peligrosos. No es extraño que este ser tenga que ser transformado en el hombre a imagen de Dios. El hombre a imagen de Dios no es en absoluto un ser del que, de alguna manera, haya necesidad de protegerse. Irradia el amor de Dios con toda su manera de ser. Irradia desinteresadamente su deseo de ser una alegría y bendición para todos los seres vivos. Es tan desinteresado como el hombre primitivo, inacabado es egoísta e interesado. Sólo vive para ser el canal abierto de la luz divina de Dios para todos. Pero, de este modo, se libera de todo lo que se denomina desdicha y sufrimiento. Por lo tanto, finalmente es elevado por encima de las pesadas formas de existencia física de la reencarnación. |
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