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El amor y la simpatía del matrimonio o del apareamiento tienen cada uno su zona especial donde pueden llegar a su despliegue total  2554. El amor es, así, el punto culminante de absolutamente todos los climas de pensamientos, dado que sólo puede ser un resultado de los sufrimientos y molestias o destinos desdichados producidos por absolutamente todas las manifestaciones erróneas. Cuando un ser ha llegado a ser animado por la facultad del amor hasta tal punto que ama a su prójimo como a sí mismo, no es extraño que en este estado de conciencia se sienta uno con Dios. Y esto, además, se pone de relieve por el hecho de que la facultad de intuición del ser entonces llega a su despliegue total, y éste, por medio de ella, tiene acceso ilimitado al océano de sabiduría divina o zona cósmica de la conciencia del universo, y, por medio de este acceso, adquiere conciencia cósmica y, así, representa el resultado final de la creación del hombre por Dios a su imagen y semejanza. Así vemos que el amor es algo muy distinto al desencadenamiento de simpatía que fomenta el matrimonio o acto de apareamiento. El amor es un estado de conciencia que tiene su propia zona de culminación o esfera de conciencia, donde puede alcanzar un despliegue total, de la misma manera que la simpatía del apareamiento o matrimonio también tiene su zona, donde puede alcanzar un despliegue total.


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