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Los efectos del polo contrario y el consiguiente resultado final, la creación del hombre perfecto  2545. De esta manera vemos aquí que la ley del karma o del destino no puede ser cambiada. Aunque un ser esté rodeado de seres amorosos, es, así, limitado el despliegue de amor que estos seres pueden hacer llegar a un hombre predestinado a un destino tan oscuro. Lo único que puede hacer avanzar a un ser así hacia un estado de destino tan luminoso, de modo que le pueda prestar una ayuda o un apoyo total en una determinada situación de destino desdichada, sin que esta ayuda de ninguna manera se convierta en un mal, es únicamente él mismo. Puede, indiscutiblemente, alcanzar este estado mostrando en su ser amor a su prójimo, es decir, a toda la vida con la que entra en contacto. Será liberado de los límites que pone el karma o destino con respecto a lo que puede recibir de amor y, con ello, de ayuda por parte de su prójimo y de la naturaleza, en el mismo grado en que pueda desplegar amor. La protección física y espiritual es generada exclusivamente por la protección que él mismo es para otros con su manera de ser. A través de la evolución del polo contrario del ser, la conciencia humana llega a dominar totalmente su manera de ser. Las disposiciones animales, el egoísmo y la brutalidad, son vencidos por el humanitarismo o sentimiento de amor intelectualizado nacido del polo contrario. En la psique del hombre en cuestión, surge, así, una armonía total en el despliegue de ambos polos que, conjuntamente, convierten la manera de ser del ser en la revelación perfecta de verdadero amor, con la consiguiente paz y alegría divina de dar en vez de tomar o de ser una alegría y una bendición para todo lo vivo, y, por medio de esta manera de ser, ser uno mismo bendecido con una cercanía tal de Dios que uno se siente uno con él y, con ello, uno con el camino, la verdad, la vida y la eternidad. Este es, por consiguiente, el resultado final de la creación del hombre por Dios a su imagen y semejanza. Lo cerca que un hombre está de este resultado final dependerá, por lo tanto, de lo cercana que se encuentre la constelación de sus polos al equilibrio.


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