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| La constelación de los polos del hombre terreno y «la conciencia diabólica» y «el hombre a imagen de Dios» | 2533. Pero sólo es en el primer estado incipiente del hombre, donde todavía casi tiene que considerarse como hombre mono, que éste constituye un ser de sexo masculino o un ser de sexo femenino en su forma pura. Es, precisamente, en virtud del incipiente despliegue del polo latente que el ser pasa de animal a hombre. Con este crecimiento del polo latente, es decir, el polo femenino en el ser de sexo masculino y el polo masculino en el ser de sexo femenino, estos dos seres se transforman cada vez más en «hombre». Esto no significa, naturalmente, que el humanitarismo o el amor sea lo que al principio florece o se despliega, al contrario. Lo que se despliega es una creciente inteligencia, en virtud de la cual las facultades animales del hombre pueden alcanzar su más alto despliegue. Es en virtud del desarrollo de esta facultad que este hombre creciente, desde el punto de vista mental, rápidamente se convierte en superior al animal, es más, se convierte en su señor y, así mismo, se convierte, en gran medida, en señor sobre la materia y las fuerzas de la naturaleza. Como ya sabemos, este desarrollo de la inteligencia, sin que la facultad del humanitarismo o amor esté desarrollada de manera correspondiente, convierte la conciencia del hombre en «conciencia diabólica», en virtud de la cual éste culmina en el despliegue de la oscuridad. Pero, el despliegue de la conciencia diabólica crea, claro está, sufrimientos a los demás seres. Los efectos de estos sufrimientos crean un correspondiente destino de sufrimiento para el propio ser. Los sufrimientos desarrollan, a su vez, la facultad humana. Y el hombre comienza, así, a distinguir entre bien y mal. Y hacer el bien se convierte cada vez más para él en función automática, tras lo cual degeneran de modo correspondiente las tendencias animales, de manera que, finalmente, el ser se convierte en un hombre en forma pura, o sea, en «el hombre a imagen y semejanza de Dios». |
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