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Lo que el hombre inacabado tiene, en mayor o menor grado, común con los animales  2529. En la zona de existencia física, la bipolaridad comienza, como sabemos, a transformarse en el reino vegetal. Aquí la unipolaridad comienza lentamente a cambiar y culmina en el reino animal. Como la unipolaridad todavía domina o sujeta en muy alto grado al hombre terreno, en este campo éste forma, de modo correspondiente, parte del reino animal. Tiene el mismo principio de apareamiento, la misma facultad de enamoramiento, el mismo estado de hambre y saciedad sexual. A esto hay que añadir la envidia, los celos, el egoísmo, la falta de tacto, de igual manera que el ser sólo tiene una facultad de amar muy poco desarrollada. Por consiguiente, también florecen, en mayor o menor grado, en su psique o manera de ser la ira, el odio o el sentimiento de venganza, la envidia profesional. Además, también puede nombrarse aquí su apetito animal en relación con su alimentación que condiciona el asesinato de animales y, con ello, disminuye el grado de protección con respecto a su destino. Cuanto más despliega el hombre estos y parecidos estados con su manera de ser, tanto menos pertenece al estándar de vida y conducta, como siendo uno con Dios, del hombre acabado o perfecto. Por lo tanto, debe seguir estando, en un grado correspondiente, en las esferas de sombras negras como la noche del principio mortífero y la conciencia diabólica.


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