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La facultad del instinto y el estado normal de matrimonio en los animales y los hombres  2514. Como los animales no han podido adquirir su manera de ser matrimonial o moral de apareamiento ni por medio de religión ni de orientación, sólo pueden tenerla de forma innata. Estos seres la cumplen, por consiguiente, de una manera totalmente natural, no porque tengan miedo de «pecar», sino exclusivamente porque su facultad del instinto dirige automáticamente su apetito sexual y estado de apareamiento, de la misma manera que su instinto también dirige su manera de ser en los otros campos más importantes de su vida. ¿No tienen los hombres el mismo instinto? ¿Y por qué no dirige este instinto a los hombres a cumplir la moral matrimonial o ley de apareamiento, tal como lo hace con los animales? Aquí la respuesta será que los hombres también tienen, hasta un cierto grado, esta facultad del instinto. Y es, precisamente, ésta la que dirige la atracción de los seres hacia el sexo opuesto y fomenta el proceso mental que llamamos «enamoramiento» y, con él, el deseo al matrimonio o vida marital con un ser del sexo opuesto. Fomenta también la simpatía hacia la descendencia y el deseo de protegerla. También es la facultad del instinto la que origina la anteriormente citada antipatía que el ser siente hacia seres anormales o presuntamente anormales y, en este caso, hacia seres que muestran una acentuada simpatía no sólo hacia seres del sexo opuesto, sino también hacia seres de su propio sexo. Y, donde este instinto hacia lo matrimonial o lo relacionado con el ámbito del apareamiento todavía no ha degenerado, todavía se encuentran matrimonios en los que ambos son extremadamente fieles y felices y tienen un amor muy grande hacia la descendencia. Aquí nunca ha habido ni puede haber infidelidad ni deseo de divorcio, de buscar relaciones de apareamiento con parejas sexuales extrañas. De hecho, aquí hay matrimonios cuyas parejas han estado casadas a lo largo de varias encarnaciones o vidas. Tan colosal ha sido la simpatía o enamoramiento mutuo provocado instintivamente, que ha podido llevar a dos seres a estar juntos en varias vidas en situaciones no siempre fáciles.


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