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Lo fundamental en la creación del hombre por Dios  2490. Como las transgresiones de la ley de la vida le dan al ser conocimiento del sufrimiento y del dolor en contacto con la facultad humana, que también se desarrolla en virtud de la oscuridad o el dolor y sufrimiento, esta facultad produce poco a poco en la psique del ser la voluntad de cumplir las leyes de la vida o amar al prójimo como a sí mismo. Durante este proceso evolutivo, el ser se encuentra entre estas dos formas de manifestación: la oscuridad y la luz, que son lo mismo que denominamos «el mal» y «el bien». Así, poco a poco, va teniendo libre albedrío para poder escoger cuál de las dos formas de manifestación o manera de ser desea. Pero según y como todavía no esté evolucionado y, por consiguiente, sea ignorante, no puede conscientemente elegir la manera correcta de ser y, entonces, sucede que infringe las leyes de la vida y recibe los consiguientes sufrimientos y, con ello, un destino desdichado. Es este estado de experimentación lo que es lo fundamental de la creación del hombre por Dios. Sin esta creación, la aparición del yo como el hombre a imagen de Dios sería totalmente imposible. Dado que la manera de ser de los animales está atada y regulada por su instinto, no tienen ninguna elección. No se encuentran entre dos maneras de ser, una mala y una buena. El instinto dicta su voluntad. Pero, el instinto no dicta al animal a hacer otra cosa que lo que es condicionante de vida para su existencia. Como esta existencia no es perfecta, ya que tiene que mantenerse por medio de la muerte de otros seres, no libera al animal de los efectos de su asesinato a otros animales. Por esto, los animales viven en un destino sin protección. Ellos mismos son cazados y perseguidos, incluso por los hombres terrenos. Pero, no tienen la facultad de percibir este destino como desdichado, tal como los hombres pueden sentir, en una situación así, su destino como desdichado.


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