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Conciencia diabólica  2488. Todavía hay un océano de campos y situaciones donde el hombre terreno no sólo se muestra con conciencia animal, sino que esta condición animal es, debido a una inteligencia superior y un dominio de las fuerzas de la materia, tan sumamente animal que no puede de ninguna manera denominarse «animal», dado que ningún animal en absoluto puede practicar el despliegue de una manifestación tan totalmente destructiva y saboteadora de la vida. Sólo el hombre terreno puede, debido a su estado inacabado, desplegar esta manera de ser tan horrenda. Por esto, en apartados anteriores de esta obra hemos denominado este estadio de conciencia «conciencia diabólica». Y es el resultado de esta conciencia, y su consiguiente manera de ser lo que fomenta el día de juicio final y la existencia de cataclismo bajo las que la humanidad gime y suspira en su época de vida actual en forma de las grandes guerras mundiales y treguas armadas inmensamente costosas que, entre estas guerras, los hombres todo el tiempo se sienten forzados a mantener. Así vemos aquí que la propia mentalidad diabólica innata de la humanidad crea una forma de existencia y manera de ser, ante la cual la manera de ser de los animales tiene que considerarse mucho más humana o moral.


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