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El fuego supremo  2471. No se puede culpar a los hombres de las transgresiones mencionadas. Es imposible que manifiesten las leyes y la manera de ser de un estadio evolutivo que aún no han alcanzado. Es imposible que practiquen un estado de conciencia que no tienen. Los hombres tienen, ciertamente, una inmensidad de experiencias con respecto a los efectos del «mal», y en virtud de sus sufrimientos también han empezado a desarrollar su sentido humano, la facultad de misericordia anteriormente mencionada, pero esto no es en absoluto suficiente y nunca podrá crear la verdadera paz en el mundo. Teóricamente y por experiencia, los hombres saben muy bien qué es, en realidad, «malo» y qué es, en realidad, «bueno». Pero este saber no tiene ningún calor. En sí mismo es frío como el hielo. Si no existiera una estructura orgánica especial impulsora del amor, la vida o existencia carecería, a pesar de todo, totalmente de sentido, carecería absolutamente de alegría y felicidad verdaderas. Esta estructura orgánica constituye, como ya hace tiempo conocemos por Livets Bog, «el fuego supremo». Por lo tanto, aquí no entraremos en detalles particulares de los análisis externos de este fuego, sino que mostraremos simplemente cómo este fuego se percibe en el interior del ser, y los consiguientes efectos en su manera de ser como amor culminante a todo y a todos.


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