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La facultad de percepción, el pensamiento y la revelación del ser vivo  2462. A través de los análisis cósmicos de la actual obra nos hemos familiarizado con el eterno experimentar la vida de los seres vivos y, así mismo, con la manera en que se mantiene la facultad para esta experimentación. Así, sabemos que la propia facultad eterna de experimentar la vida es mantenida por una estructura orgánica, especialmente complicada, que conocemos con el concepto «facultad de percepción». En virtud de esta facultad se crea la experimentación de la vida. El fundamento de este experimentar es la creación de contrastes. Estos contrastes pueden agruparse en las dos grandes categorías más importantes, a saber, la sensación de «placer» y la sensación de «malestar». Cada una de estas dos sensaciones contiene un océano de variaciones. Hay, por consiguiente, una inmensidad de clases de sensaciones que se experimentan como malestar, y una correspondiente inmensidad de clases de sensaciones que se experimentan como placer. Sin esta realidad del orden del universo cualquier experiencia sería totalmente imposible. Estas dos variaciones de la experimentación de la vida son lo mismo que reacciones. Reacciones son lo mismo que colisión de movimientos. Movimiento es, a su vez, lo mismo que liberación de fuerza. Liberación de fuerza es lo mismo que liberación de energía. Liberación de energía es lo mismo que liberación de voluntad. Liberación de voluntad es lo mismo que manifestación de deseo que, a su vez, es lo mismo que pensamiento. Pensamiento es el resultado de la función de la conciencia que, a su vez, constituye la manifestación que revela la existencia de un «algo vivo» tras cada creación, y en relación con la cual este «algo» se revela como «un ser vivo».


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