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| Sólo seguir los pasos del redentor del mundo y, al igual que él, perdonar a sus enemigos puede hacer desaparecer la oscuridad del propio destino | 2461. Ningún hombre en absoluto podrá evitar adquirir esta manera de ser como resultado final de su larga época evolutiva a través del reino animal del ciclo de espiral. Pero, seres que no han alcanzado esta altura en su evolución no pueden, de ninguna manera, manifestar una manera de ser de Cristo. Ni la dictadura, ni el castigo ni la amenaza de muerte o ejecución sirven de nada. Si sirvieran para algo, los hombres del mundo se habrían convertido desde hace tiempo en ángeles u hombres totalmente perfectos. Que los hombres sean malos y se venguen los unos de los otros, o desencadenen otras formas de falta de amor contra su prójimo no llevará nunca, en ninguna situación normal, a estos hombres o a su prójimo a devolver esto con amor o simpatía, excepto si están muy evolucionados humanamente y siguen totalmente los pasos del Redentor del mundo. Todos los hombres primitivos o menos evolucionados sólo podrán reaccionar y corresponder con la misma maldad y odio de que ellos mismos han sido objeto por parte de su prójimo o sus semejantes. Sólo y únicamente seguir los pasos del Redentor del mundo y, al igual que él, amar y perdonar a sus enemigos, totalmente independiente de lo que éstos hayan hecho contra él, puede eliminar la oscuridad del destino futuro o venidero de uno. Con esta manera de ser divina, que es una con la manera de ser de Dios, habrá una salida de sol sobre el destino del ser. Y en su cerebro y ojos centellea y resplandece la profusión de rayos de la Divinidad eterna. Su mano sólo puede bendecir y acariciar. Sus huellas muestran el camino hacia la luz eterna. Y el ser se ha convertido en la resurrección, el camino, la verdad y la vida. Es idéntico a la inmortalidad, el infinito y la eternidad. |
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