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La paz absoluta y la humanidad  2458. La paz no puede, de esta manera, surgir en absoluto por medio de poder ni tortura. La paz absoluta entre hombre y hombre y, con ello, entre naciones no es, así, ni un asunto de voluntad ni de poder. Es, al contrario, exclusivamente un asunto de evolución que, a su vez, es lo mismo que un asunto de calidad mental. La paz es una especial manera de ser de los seres, que constituye su manifestación cotidiana, obvia y natural, cuando han alcanzado un nivel determinado de evolución. Y sólo seres con este nivel evolutivo pueden ser verdaderos seres de paz. Cada uno de ellos constituye el hombre a imagen y semejanza de Dios. La paz verdadera y absoluta sólo puede ser proporcionada por el hombre totalmente perfecto o acabado. Son, por consiguiente, seres con esta evolución tan alta los que forman el reino humano perfecto en su culminación total de humanitarismo o amor. Este reino pondrá, así, fin a la época evolutiva de la humanidad aquí, en la Tierra. En esta época evolutiva la reencarnación comienza a cesar, y los seres pasan, totalmente, a la forma de existencia espiritual, que culmina en el reino de la sabiduría del ciclo cósmico de la espiral.


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