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El sistema jurídico de los hombres civilizados favorece el amaestramiento en vez de favorecer la moral  2456. Según lo anterior, el futuro destino de la humanidad terrena no se muestra halagüeño. Su sistema jurídico supremo no está en absoluto basado en el conocimiento y la psique que hemos descrito aquí. Se sirve de castigo, tortura y ejecución para con todos los hombres que no están lo suficientemente evolucionados, como para poder ver la vida desde el estadio de conciencia que se encuentra en la base de la creación del estándar del sistema jurídico y de la manifestación de poder que es general en los países civilizados del mundo, y, debido a ello, estos hombres tampoco pueden considerar y cumplir de corazón la manera de ser prescrita judicialmente por este sistema como la moral perfecta. Sólo pueden ver, naturalmente, la facultad de percibir la vida y la consiguiente manera de ser, innatas a partir de su propio estadio evolutivo, como la absolutamente más perfecta forma de vida. Creer que con castigo, tortura y ejecución se puede transformar a los seres o elevarlos de la forma normal de vida, o manera de ser, de un estadio evolutivo bajo a la de uno más alto es una superstición culminante, y está en total desarmonía con las leyes cósmicas y eternas de la vida para la experimentación de la vida y la existencia. Con tortura y castigo se puede infundir temor a los seres y, de esta manera, llevarlos con obediencia a una manera de ser que, ciertamente, es moral para los seres que han creado el sistema jurídico moderno y sus leyes, pero para los seres que son torturados y castigados, porque no pueden cumplir estas leyes, el resultado no es en absoluto que estos seres se transformen en seres más altamente evolucionados. En el mejor de los casos, no se convertirán en absoluto en ángeles ni en mejores ciudadanos de la sociedad. Sólo podrán considerarse como animales amaestrados en un circo. Obedecen las leyes por temor al castigo, exactamente igual que los animales amaestrados en un circo. Estos animales también obedecen al domador por temor al castigo y la tortura. No comprenden en absoluto por qué tienen que realizar las exhibiciones, que para ellos son totalmente disparatadas. Los seres, que forman parte de un estadio evolutivo que se encuentra por debajo del estadio a partir del cual el sistema jurídico moderno es manifestado, tampoco podrán comprender la manera moral de ser que aquí son obligados a tener que manifestar. En vez de convertirse moralmente en mejores ciudadanos, están resentidos y llenos de odio hacia la sociedad que los castiga, tortura y menosprecia como «delincuentes», porque tienen una facultad inferior de experimentar la vida y la consiguiente, manera de ser primitiva.


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