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Ningún hombre se ha ganado el castigo o la ejecución a causa de su manera de ser  2439. Esta existencia de venganza y castigo es, así, en realidad la verdad sobre la convivencia de la humanidad terrena hoy. Los hombres mantienen esta convivencia en virtud de castigo y venganza, que son la mayor transgresión, que en resumidas cuentas puede tener lugar, de las condiciones que constituyen el camino hacia la experimentación de la absolutamente verdadera vida, la vida en la que no hay dolor, sufrimiento ni temor a la muerte, sino que, al contrario, es una resplandeciente profusión divina de luz, es decir, el amor absoluto que nunca busca su provecho, sino que fomenta el bienestar, la felicidad y la alegría de vivir para todo lo vivo. Que la humanidad de la Tierra está a muchas leguas de distancia de una existencia así y que, debido a ello, tiene que vivir en un cataclismo o infierno permanente, no es nada extraño. Castigar o vengarse de los hombres o de sus líderes o guías a causa de esto es un error absolutamente fundamental o una transgresión de la ley de la vida igual de grave. Visto cósmicamente, ningún hombre de la Tierra se ha ganado poder ser castigado o ejecutado por su manera de ser, independientemente de lo mucho que pertenezca a la clase de hombres que son denominados «malhechores», «ladrones» y «asesinos». Que los líderes, políticos, sacerdotes y maestros de la humanidad, así mismo, tampoco pueden ser en ninguna situación culpables, aunque eventualmente hayan llevado a los hombres a la desdicha, les hayan inspirado a percibir la guerra y las condenas como ideales de inalterables vida, es algo natural.


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