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Una moral cósmica, verdaderamente justa en su forma pura, todavía no existe en las leyes de la sociedad humana terrena  2429. De esta manera, también vemos aquí lo fuertes que todavía son los instintos animales en estos pueblos, los más civilizados del mundo. Pero, ¿por qué matan o hacen guerra estos hombres cuando, sin embargo, tienen inteligencia? Es más, incluso tienen leyes que prohíben a los súbditos del estado perseguir, matar y asesinar a otros hombres. En el peor de los casos, castigan tales actos con la muerte y, en otros casos con muchos años de encarcelamiento en correccionales o prisiones, al mismo tiempo que se crean las más geniales armas homicidas, con las cuales se puede multiplicar el asesinato, la matanza y destrucción de otros hombres y sus valores vitales. Y es, incluso, hasta cierto grado un delito si no se quiere ser soldado y manejar estas armas homicidas o, de otra manera, colaborar en una guerra en la matanza, el asesinato y la destrucción del presunto «enemigo». ¿Cómo puede ser moral asesinar y matar cuando hay enemistad entre naciones, pero no serlo cuando se trata de enemistad entre hombre y hombre en la vida cotidiana? Es más, no sucede, precisamente, que se rinde de manera directa homenaje u honores a los mejores soldados o guerreros, es decir, a los seres que, en un grado especial, han podido producir daños o destrucción en los terrenos enemigos, mientras se castiga y ejecuta a hombres que asesinan a sus enemigos privados. Esto quiere decir que una moral verdaderamente justa e inflexible, que sea válida tanto en uno de los casos de transgresión como en el otro, todavía no existe en las leyes de las sociedades o naciones humanas.


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