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Los hombres y el principio de moral animal  2418. Cuando cada ser vivo representa su especial grado de talento o de facultades, que difiere del de otros seres, de poder manifestarse y experimentar las manifestaciones de otros seres, aquí tenemos la razón principal del océano de cortocircuitos mentales que son la causa absoluta y más profunda de la guerra entre los seres vivos. No hay otra causa de la guerra que el hecho de que la psique de los seres tiene diversos grados de evolución. Y, por consiguiente, les es imposible percibir o entender y conocer un objeto de experiencia del mismo modo. ¿Cómo va a poder entender un ser no iniciado otra manera de ser que la que, como «moral», es una condición vital para él? ¿Puede la presa de la fiera considerar como moral al cien por cien que tenga que ser atacada, muerta y devorada por otro ser? La moral de estos seres, a pesar de que sólo es instintiva, es que tienen que hacer todo lo posible para evitar a sus enemigos mortales. Pero, ¿cómo va a poder aceptar la fiera la misma moral? ¿Cómo podría este ser aceptar como moral nunca perseguir y matar a animales que necesita como alimento, cuando en su estadio ha sido creado para vivir solamente de alimento animal? ¿De qué manera van los animales a considerar como moral que no pueden entrar en los campos de los hombres y buscar saciar el hambre que en su estadio sólo puede, precisamente, satisfacerse con los productos que aquí la Divinidad manifiesta y da vida? ¿Y qué van a hacer los que poseen estos campos? ¿Pueden considerar como moral que los animales busquen por sus campos y otras zonas de sus propiedades y coman plantas, cereales u otros de los productos que hay aquí? No, no pueden. En el estadio en el que tales propietarios de los campos, por lo general, están, consideran como moral cazar y matar a estos animales salvajes de los campos y los bosques, si entran en sus campos y aquí buscan satisfacer su hambre. ¿Y qué pasa con los animales que estos seres, en virtud de su desarrollo animal superior, han hecho sus prisioneros explotando su vida para propio beneficio? ¿Podrían estos animales, si tuvieran inteligencia suficiente para comprender toda la situación, considerar esta opresión y explotación como una moral excelente de estos explotadores? Creer directamente que los animales los considerarían como seres especialmente sublimes y santos hay que descartarlo, de lo contrario se convertiría en un pensamiento que se había desviado. Y aquí se muestra como un hecho que el hombre desciende del reino animal. Su facultad moral es igual de relativa que la de los animales. Obedece exclusivamente a su instinto de conservación, es decir, a la misma base moral que la de los animales. El instinto de conservación del animal sólo puede dar lugar a una clase de moral, la que puede expresarse con las palabras «que cada cual piense en sí mismo». En el animal este principio es una condición de vida. Y donde los hombres todavía consideran en su mentalidad este principio como alta moral, allí su conciencia revela, por lo tanto, que todavía viven bajo el principio de moral animal.


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