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Cuál es el fundamento de la facultad de perdonar al prójimo  2409. Dado que la facultad humana no puede desarrollarse con enseñanza, sino únicamente por medio de experiencias de sufrimiento hechas personalmente, sólo la misma vida puede desarrollar esta facultad en los seres. La manifestación de simpatía o amor, que es originada por una disposición para la simpatía evolucionada o una facultad humana, no puede en absoluto ser comprendida por un ser que sólo posee una disposición para la simpatía mucho menos evolucionada. Cuanto menos evolucionada está la disposición para la simpatía de un ser, menos amor o humanitarismo puede éste manifestar en su manera de ser hacia su prójimo, del mismo modo que sucede lo contrario cuanto más evolucionada está su disposición para la simpatía. Cuanta simpatía está uno en condiciones de sentir hacia su prójimo y, con ello, cuantos deseos de ayudarlo en una eventual necesidad y perdonarle molestias, que eventualmente haya podido ocasionarle, no dependerán, en realidad, de la propia inteligencia, sino que, al contrario, estarán determinados por el propio sentimiento humano. Si este sentimiento es todavía muy primitivo en uno, no es mucho lo que le perdona a su prójimo. Con una mentalidad así se considera, incluso, una afrenta o una humillación tener que perdonar a otros seres sus eventuales faltas contra uno. En una mentalidad así, se impondrá frecuentemente un deseo muy grande de venganza o represalias. Y una mentalidad así es lo que crea y mantiene la guerra en el mundo, tanto entre naciones como entre hombre y hombre. Si, finalmente, hay un perdón de un ser con una mentalidad así, frecuentemente sólo es cerebral, es decir, teórico. No puede darse por medio de la facultad verdaderamente humana, si esta facultad no está lo suficientemente desarrollada en el ser. El perdón teórico sólo se lleva, por lo general, a cabo donde le da a quien perdona una gran ventaja práctica, ya sea, de una u otra manera desde el punto de vista material o económico. El perdón aquí no se da, de esta manera, a causa de verdadera simpatía o amor, sino, al contrario, exclusivamente a causa de bases egoístas. El perdón no es aquí ningún perdón verdadero, sino solamente una fachada camuflada como perdón, bajo la cual puede seguir acechando el rencor, la amargura y la ira contra la otra parte. Pero el perdón teórico es mejor que ningún perdón. El verdadero perdón es el que se da tanto con la inteligencia como con el corazón y, con ello, ha unido a las dos partes en conflicto en verdadera simpatía y amor.


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